El enemigo brutal
Nos pone fuego a la casa:
El sable la calle arrasa,
A la luna tropical.
Pocos salieron ilesos
Del sable del español:
La calle, al salir el sol,
Era un reguero de sesos.
Pasa, entre balas, un coche:
Entran, llorando, a una muerta:
Llama una mano a la puerta
En lo negro de la noche.
No hay bala que no taladre
El portón: y la mujer
Que llama, me ha dado el ser:
Me viene a buscar mi madre.
A la boca de la muerte,
Los valientes habaneros
Se quitaron los sombreros
Ante la matrona fuerte
Y después que nos besamos
Como dos locos, me dijo:
“Vamos pronto, vamos, hijo:
La niña está sola: vamos!”[1]
Tomado de José Martí: Versos sencillos, Nueva York, 1891, Obras completas. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2007, t. 14, p. 332.
Nota:
Véase Abreviaturas y siglas
[1] José Martí dedicó parte del artículo “El parte de ayer”, publicado en la Revista Universal, México, el 21 de marzo de 1875, a comentar este episodio biográfico, que tuvo lugar en la noche del 22 de enero de 1869, durante los sucesos del Teatro Villanueva. Véase en OCEC, t. 1, pp. 247-249. (N. del E. del sitio web).