DE CARMITA MANTILLA Y MIYARES
Central Valley, N[ueva] Y[ork].
Junio 6 de 1895.
He visto con muchísimo gusto por sus cartas tan lindas, que desde que puso el pie en nuestra queridísima Cuba, es Vd. otro hombre, y lo comprendo.[1]
Los americanos aquí solamente hablan de la Revolución cubana. Mr. Ficken dice que Vd. es mejor que George Washington en muchos aspectos (por supuesto que yo creo que no hay hombre en este mundo que se pueda comparar con Vd.[2]) y siempre está diciendo: “I love that man”, y tiene muchísimos deseos en conocerlo. Le cuento esto para que solamente tenga una idea de la simpatía que sienten loa americanos por Vd. y la Revolución. Es una cosa general; no hay americano que no esté en simpatía con los cubanos. Aquí vamos a dar un concierto en beneficio de Cuba. La Liga de Central Valley, le está preparando una recepción a Vd. para cuando llegue. Estos pequeños detalles son para que vea cómo lo quieren en los Estados Unidos.
Dígale al General Gómez, que aquí lo queremos mucho y que sabemos que los dos están mutuamente cuidados.
¡Cuánto daría por estar a su lado!
María no le escribe ahora porque está en New York ayudando a Uba que debe venir para acá hoy.
Con Vd. y Máximo Gómez y otros dos, unos cuantos buenos cubanos, no hay la menor duda de que esta vez triunfarán.
Trato de seguir sus consejos al pie de la letra.[3]
Lo acompaña su,
C.
[Archivo Nacional. Fondo: Archivo Máximo Gómez. Legajo 15, no. 4].
Tomado de Destinatario José Martí, compilación, ordenación cronológica y notas de Luis García Pascual; preámbulo de Eusebio Leal Spengler, La Habana, Ediciones Abril, 2005, pp. 483-484.
Notas:
Véase Abreviaturas y siglas
[1] Suponemos que se refiera a las cartas que le dirigió a Carmen Miyares y a sus hijos, después de desembarcar con Gómez y cuatro expedicionarios más, el 11 de abril de 1895, en La Playita, cercano a Cajobabo, en el municipio de Baracoa, en la región más oriental de Cuba. Véase EJM, t. V, pp. 167-168, 177-178, 191-194 y 233-234. (N. del E. del sitio web).
[2] En carta a Martí de 18 de febrero de 1895, le escribe: “Para mí, y todos los que lo conocen a Vd. como yo, Vd. es el hombre más cercano a la perfección que existe. Quisiera tener tiempo y poder explicar los méritos en palabras, los méritos que yo soy capaz de reconocerle”. Véase en DJM, pp. 441-442. (N. del E. del sitio web).
[3] Sin lugar a dudas, se refiere a los consejos sugeridos por Martí en las cartas enviadas desde Cabo Haitiano a ella y a María Mantilla, el 9 de abril de 1895, EJM, t. V, p. 150 y TEC, pp. 59-69, respectivamente. (Nota modificada ligeramente por el E. del sitio web).