James Gillespie Blaine
Político estadounidense. Nacido en West Brownsville, Pensilvania. Estudió leyes, pero nunca ejerció. Durante dos años fue profesor en el Instituto Militar de Occidente en Georgetown, Kentucky, y luego se trasladó a Filadelfia, donde también se dedicó a la enseñanza y colaboró con el Daily Inquirer. Con 21 años entró como redactor en el Kenebec Journal, de Augusta, en Maine, desde donde se abrió las puertas a la política de ese estado.
Fue uno de los fundadores del Partido Republicano y, en 1856, delegado a su primera convención nacional. En 1858 fue electo a la legislatura del estado, y en 1862 ocupó un escaño en la Cámara de Representantes, de la que también fue su vocero entre 1869 y 1874. En 1876 fue sometido a una investigación conocida como Mulligan Letters por un Comité de la Cámara a causa de unas cartas escritas en 1869, en las que daba juicios y opiniones adversas sobre personalidades y acontecimientos de la política; suceso que influyó para que no fuera escogido candidato presidencial por la Convención del Partido Republicano. Ese mismo año ocupó el asiento del senador Morris, que fue nombrado secretario del Tesoro, y estuvo en el Senado entre 1876 y 1881. En ese cuerpo se opuso a la retirada de las tropas de los estados del Sur y a la Ley de la plata, mostrándose partidario del bimetalismo, favoreció, además, el cese de la inmigración china.
En 1880 apoyó una tercera candidatura del general Grant, que tuvo que ceder en sus aspiraciones presidenciales luego de 35 votaciones en la Convención republicana, que terminó por escoger a Garfield, quien a su elección, lo nombró secretario de Estado. Durante su desempeño en este cargo medió en la guerra entre Chile y Perú, dados sus intereses personales en la Compañía Peruana, lo cual le trajo encendidas acusaciones en el Congreso y la prensa. También intentó modificar el Tratado Clayton-Bulwer para favorecer la presencia estadounidense en Centroamérica. Luego de la muerte del presidente Garfield renunció y Arthur no lo ratificó en el cargo, pues el nuevo mandatario formaba parte de la facción de los republicanos de Nueva York liderados por Roscoe Conkling, su tenaz rival.
Al cesar en la secretaría se retiró a Augusta y fue el candidato republicano a las elecciones presidenciales de 1884, pero resultó derrotado por Grover Cleveland, quien contó con el voto de los republicanos independientes y de los seguidores de Conkling. Intentó su nombramiento para las elecciones de 1888, pero tuvo que ceder ante Benjamin Harrison, quien lo designó nuevamente secretario de Estado. En este puesto promovió la realización de la Conferencia Internacional Americana de Washington, un viejo proyecto de su paso anterior por la secretaría, para asegurar la hegemonía estadounidense en de las relaciones comerciales y políticas con los países latinoamericanos. Renunció a ese puesto en 1892 en busca del nombramiento presidencial que tampoco alcanzó en esa ocasión. Entre sus libros se destaca Twenty Years in Congress, en dos tomos, aparecido entre 1884 y 1886.
José Martí tuvo inicialmente una visión favorable de su persona,[1] pero la cambió poco tiempo después al comprender los verdaderos móviles de su política “a la cabeza de capitalistas, industriales amigos de la tarifa alta, y gente ambiciosa y acometedora”.[2]
Ya a mediados de 1884, “Blaine es persona pujante e inquieta, acusada, con asomo de justicia, de poco escrupulosa, y muy diestra en manejar pasiones de hombres. […] Témesele, como a un diablo sabio. […] A su país, si lo tuviera en las manos, le pondría buques por espuelas y un ejército por caballo, y lo echaría en son de conquista por todos los ámbitos de la tierra”.[3] “[…] Halaga odios; y no busca la manera de ennoblecer a los hombres, sino de lisonjearlos para que le sigan de buena voluntad. Piensa en sí más que en su pueblo; y no vacila, con pretextos hipócritas o confesados, en llevarlo al ataque y a la aventura”.[4]
Un año después se refirió a él como “un hombre impuro y funesto, un sofista brillante”, “perspicacísimo y temible, nunca grande […], mercadeable, que a semejanza de sí propio,—en el mercado de hombres compra y vende”.[5]
Otro año más tarde se refirió a los “ojos de águila” del “político felino”, que es “digno de estudio como caudillo político” y “hombre tenaz”, que “está despierto cuando todos sus rivales duermen”.[6] “Sus raras condiciones agresivas deslumbran y enamoran a sus mismos enemigos, en este país de agresión y de combate […] que ve en ese pecador político que triunfa la sanción de su amor desenfrenado al éxito”.[7]
En febrero de 1888 se refería al político de “versatilidad catilinaria”,[8] como “hombre rapaz, egoísta, majestuoso, osado como el águila”, que usa “de su pueblo como de instrumento para el adelanto propio, y de sus problemas como de piezas de ajedrez que encamina al triunfo el jugador interesado”.[9]
En la crónica “La campaña electoral en los Estados Unidos”, Martí afirma que “Blaine […] va con el viento de su fortuna, y aunque capaz de arranques grandiosos y de corazonadas populares, no pone su genio político del lado de los pobres, que no pagan bien, ni se combinan, ni tienen que defender más que esperanzas vagas, sino se apega a los encumbrados para que le encumbren, y a cara abierta, so pretexto de valor político, defiende las mayores agencias de tiranía de los que le ayudan la ambición y le han ido levantando la riqueza”.[10]
Martí llegó incluso a considerarlo el político estadounidense más peligroso para Latinoamérica, por lo que denunció y combatió con denodada energía sus acciones, como puede apreciarse en el conjunto de crónicas a propósito de la Conferencia Panamericana publicadas en La Nación, de Buenos Aires, entre 1889 y 1890. Se destaca especialmente su análisis de esa personalidad en el trabajo “Noche de Blaine”, publicado en ese diario, el 10 de diciembre de 1888. Finalmente, en enero de 1894 lo calificó de “prestidigitador de preocupaciones que fue de Cuba el enemigo más frío e insolente”.[11] [Tomado de OCEC, t. 9, p. 383. (Nota modificada por el E. del sitio web)].
Otros textos relacionados:
- Rafael Cepeda: “Algunos rostros en la Conferencia Internacional Americana”, Anuario del Centro de Estudios Martianos, La Habana, 1990, no. 13, pp. 225-243.
- Rolando González Patricio: “José Martí frente al Secretario de Estado: la Conferencia Monetaria de 1891”, Revista del Banco Nacional de Cuba, La Habana, enero-marzo de 2001.
Notas:
Véase Abreviaturas y siglas
[1] “Blaine, en quien brilla luz de genio, quiere nación libre, tesoro puro, derecho asegurado; quiere la grandeza americana por las libertades que han hecho la fortuna de este pueblo, y la gloria de sus fundadores”. (“Mejoría de Garfield”, La Opinión Nacional, Caracas, 5 de septiembre de 1881, OCEC, t. 9, p. 18).
“Blaine, este brillante hombre, capaz de una política sana, intrépida y gloriosa, y amigo de la América del Sur”. (“Noticias de los Estados Unidos”, La Opinión Nacional, Caracas, 1ro de octubre de 1881, OCEC, t. 9, p. 32).
“Hay brillo latino en los actos y sentimientos de este elocuente norteamericano”. (“Gran batalla política”, La Opinión Nacional, Caracas, 26 de octubre de 1881, OCEC, t. 9, p. 83).
“la voz del elocuente Blaine, […] con aquella su faz benévola, radiante y acariciadora, iluminada más que por luz de sol, por luz interna”. (“Los bárbaros ‘caminadores’”, La Opinión Nacional, Caracas, 22 de marzo de 1882, OCEC, t. 9, pp. 274-275).
[2] JM: “Grupo de sucesos”, La Nación, Buenos Aires, 6 de junio de 1884, OCEC, t. 17, p. 220.
[3] Ibíd., pp. 220-221.
[4] JM: “Un domingo de junio”, La Nación, Buenos Aires, 16 de julio de 1884, OCEC, t. 17, p. 234.
[5] JM: “Historia de la caída del Partido Republicano en los Estados Unidos y del ascenso al poder del Partido Demócrata”, La Nación, Buenos Aires, 9 y 10 de mayo de 1885, OCEC, t. 22, 56 y 69-70, respectivamente.
[6] JM: “El caso de Cutting visto en los Estados Unidos”, El Partido Liberal, México, 8 de septiembre de 1886, OCEC, t. 24, pp. 191 y 192, respectivamente.
[7] JM: “Las elecciones de otoño”, La Nación, Buenos Aires, 7 de diciembre de 1886, OCEC, t. 24, p. 252.
[8] JM: “La muerte del expresidente Arthur. Estudio político”, El Partido Liberal, México, 19 de diciembre de 1886, OCEC, t. 25, p. 48.
[9] JM: “Blaine retira su candidatura a la presidencia”, El Partido Liberal, México, 21 de marzo de 1888, OCEC, t. 28, p. 79.
[10] JM: “La campaña electoral en los Estados Unidos”, La Nación, Buenos Aires, 11 de octubre de 1888, OCEC, t. 29, p. 189.
[11] JM: “¡A Cuba!”, Patria, Nueva York, 27 de enero de 1894, no. 96, p. 1; OC, t. 3, p. 49.