Víctor Hugo (1802-1885)
Considerado una de las más importantes, conocidas e influyentes personalidades de las letras francesas del siglo xix ;[1] rector de la escuela romántica con sus piezas teatrales Cromwell (1827) y, sobre todo, Hernani (1830), además de su novela histórica Nuestra señora de París (1831). Autor de una importantísima obra lírica.
Dedicado también a la política, fue diputado en 1848 y enemigo del golpe de estado de Luis Napoleón Bonaparte, por lo que fijó su residencia en las Islas Británicas, desde donde escribió sistemáticamente contra el emperador. Sus más famosas novelas son Los miserables y Los trabajadores del mar. Destaca como intelectual comprometido y modelo seguido e imitado en las letras hispanoamericanas.
Desde sus tiempos de estudiante, en España, José Martí apreció a Víctor Hugo como paradigma intelectual, y luego de conocerlo durante su breve paso por París en 1874,[2] publicó al año siguiente su traducción del poema “Mes fils”,[3] en la Revista Universal, de México, donde también escribió que “Víctor Hugo es una montaña coronada de nieves, de la que a montones se escapan rayos que recibe del mismo Padre Sol”.[4] En [¿agosto? de 1880], Martí se refería a que “Hay algo de Moisés en este anciano augusto de abultada frente”, en cuyo “derredor se hace humanidad: es lo que él quiere: es lo que él mismo hace”.[5]. Véase la amplia referencia que Martí hace a la celebración en París del octogésimo cumpleaños del escritor francés en la crónica “Poetas nuevos y poetas viejos”[6] y la breve nota publicada en la “Sección constante” de La Opinión Nacional de Caracas, el 22 de abril de 1882.[7]
En La Habana, un bello parque situado en El Vedado, en la esquina de las calles H y 21, lleva el nombre de Víctor Hugo. En un bloque de piedra aparece tallada la cabeza del genial escritor francés, con las proféticas palabras que escribió para defender el derecho de los cubanos a luchar por su libertad: “Ninguna nación tiene el derecho de poner su garra sobre otra, la magnífica Cuba se levantará libre y soberanamente entre sus hermanas augustas, las Repúblicas de América; en este conflicto entre España y Cuba, la insurgente es España. Descubrir una isla no da el derecho a martirizarla. Cuba pertenece solo a Cuba. Simpatizo profundamente con la noble y valerosa Cuba”. Una placa de bronce sobre el monumento lleva la siguiente inscripción: “El municipio de La Habana consagra este parque a Víctor Hugo, defensor de nuestra independencia e hijo de Francia, patria universal de la cultura y la democracia. Marzo 23-1937”.
[Tomado de OCEC, tt. 28 y 11, pp. 297 y 287-288, respectivamente). (Nota modificada por el E. del sitio web)].
Otros textos relacionados:
- Carmen Suárez León: “Hugo en la reflexión crítica de Martí”, Anuario del Centro de Estudios Martianos, La Habana, 1995, no. 18, pp. 47-66.
- Carmen Suárez León: José Martí y Víctor Hugo en el fiel de las modernidades, Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello y la Editorial José Martí, 1997.
- Carmen Suárez León: “Víctor Hugo en el espacio de José Martí”, Coloquio Víctor Hugo y Cuba, París, 1º de febrero de 2002.
- Eusebio Leal Spengler: “El alma de Víctor Hugo”, Fundada esperanza, La Habana, Ediciones Boloña, 2003, pp. 70-74.
- Carmen Suárez León: “Víctor Hugo en el ámbito de José Martí”, Del Caribe, Santiago de Cuba, 2002.
- Carmen Suárez León: “Crónica de un encuentro probable”, Ensayos del centro, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2009, pp. 123-127.
- Carmen Suárez León: “Martí, Hugo et la création poétique = Martí, Hugo y la creación poética”. Trad. Jacques-François Bonaldi, Lettres de Cuba, La Habana, (1): 26-29. Disponible en: http://lettresdecuba.cult.cu. Texto en español y francés.
- Karina Marrón González: “Víctor Hugo en Martí: un encuentro entre Cuba y Francia”, Granma, 28 de enero de 2016.
- Margarita Milián: “Donde la libertad reposa: Víctor Hugo y José Martí, dos grandes humanistas del siglo XIX”, Librínsula. Revista digital, La Habana, 31 de mayo de 2016. Disponible en: http://www.librinsula.bnjm.cu

Notas:
Véase Abreviaturas y siglas
[1] “El siglo está pegado a él como las alas a una mariposa. La mariposa va donde las alas la llevan: V. Hugo ha ido donde el siglo lo ha llevado. Gran conductor, ha sido a su vez conducido; y, siendo luz, ha sido reflejo. Es necesario verlo para tener idea de una aurora boreal; oírlo, para tener idea del Sinaí”. (JM: “Libros nuevos” [Guatemala, abril de 1878], OCEC, t. 5, p. 296).
[2] “Foucher murió, y Víctor Hugo fue a ver a su hermana, esposa cariñosa del periodista. Él le diría nobles cosas, todas esas cosas altas que aquella alma venerable sabe decir. Yo he visto aquella cabeza, yo he tocado aquella mano, yo he vivido a su lado esa plétora de vida en que el corazón parece que se ancha, y de los ojos salen lágrimas dulcísimas, y las palabras son balbucientes y necias, y al fin se vive unos instantes lejos de las opresiones del vivir”. (“Variedades. De París”, Revista Universal, México, 9 de marzo de 1875, OCEC, t. 3, pp. 22-23). Véase, al respecto, Carmen Suárez León: “Crónica de un encuentro probable”, Ensayos del centro, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2009, pp. 123-127.
[3] Victor Hugo: “Mis hijos” (edición especial de la Revista Universal), traducción de José Martí, México, 1875, OCEC, t. 20, pp. pp. 15-32. Véase “Traducir Mes fils”, prólogo a la traducción Mis hijos, publicado en la Revista Universal el 19 de marzo de 1875, OCEC, t. 20, pp. 11-14.
[4] JM: “Variedades. De París”, Revista Universal, México, 9 de marzo de 1875, OCEC, t. 3, p. 22.
[5] JM: “La semana de París” (traducción), OCEC, t. 7, p. 367.
[6] La Opinión Nacional, Caracas, 1º de abril de 1882, OCEC, t. 11, pp. 118-125.
[7] OCEC, t. 13, pp. 42-43.