Tomás Estrada Palma (1837-1908)

Nació en Bayamo en 1837 y cursó sus estudios en La Habana y en Sevilla. Regresó a la capital cubana tras la muerte de su padre, para concluir sus estudios de abogado. Se incorporó a las filas patriotas tras la toma de Bayamo por estos el 20 de octubre de 1869, fue miembro de la Cámara de Representantes y ocupaba la presidencia de la República en Armas cuando fue apresado en 1877 por las tropas españolas y enviado a la metrópoli. Liberado al firmarse el Pacto del Zanjón, Estrada Palma emigró a Honduras, donde se casó y fue director de Correos bajo la presidencia del liberal Marco Aurelio Soto.

     Posteriormente se estableció en Estados Unidos y abrió un colegio en Central Valley, cerca de Nueva York. José Martí lo impulsó a reincorporarse a las labores patrióticas, y a su muerte le sucedió como Delegado del Partido Revolucionario Cubano,[1] siendo nombrado también representante del Consejo de Gobierno cubano en Estados Unidos. De acuerdo con sus criterios anexionistas, Estrada Palma trató de involucrar a esa nación en la guerra que sostenían los patriotas por la independencia.[2]

     Ganador de las primeras elecciones presidenciales, el 20 de mayo de 1902 asumió la primera magistratura de la nueva república, y su gestión se caracterizó por el apego a Estados Unidos, la honradez administrativa y el apoyo a la educación.[3] Impuso su reelección mediante el fraude y la fuerza, y ante el avance de la insurrección de los liberales, renunció a la presidencia junto con el vicepresidente y el consejo de secretarios y logró que sus partidarios impidiesen que el Congreso se reuniera para designar su sucesor. Así quedó acéfalo el Estado cubano y Estados Unidos aplicó la Enmienda Platt con su segunda intervención, en 1906. Murió en Santiago de Cuba, en 1908.

[Tomado de Testamentos. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2016, pp. 42-43. (Nota modificada ligeramente por el E. del sitio web)].[4]


Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] Véase el estudio de Paul Estrade: “La sucesión de Martí a la cabeza del Partido Revolucionario Cubano”, Martí en su siglo y en el nuestro, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2008, pp. 105-118.

[2] Véase Ibrahim Hidalgo Paz: “Presencia y ausencia del legado martiano en 1898”, Anuario del Centro de Estudios Martianos 2018, La Habana, 2019, no. 41, pp. 159-172.

[3] Sin embargo, hizo muy poco o nada por aliviar la precaria situación económica y de salud de doña Leonor, la madre del Apóstol. De ahí que Ezequiel Martínez Estrada lo enjuiciara duramente, interrogando: “¿Qué hizo por ella el presidente Estrada Palma, a quien Martí estimó y ensalzó superlativamente, iluminándolo con un reflejo de su esplendor?” (Familia de Martí, La Habana, Editorial Nacional de Cuba, Cuadernos de la Casa de las Américas, 1962, p. 38).

[4] Bibliografía:

  • Emilio Roig de Leuchsenring: “Estrada Palma, pedagogo ejemplar y maestro de patriotas revolucionarios y de ciudadanos”, Carteles, La Habana, 15 de noviembre de 1936.
  • Gonzalo de Quesada y Miranda: “¿Rivalizaron Don Tomás y Martí?”, Patria, La Habana, julio de 1967.
  • Ibrahim Hidalgo Paz: “El sucesor de Martí”, Cuba 1895-1898. Contradicciones y disoluciones, prólogo de Pedro Pablo Rodríguez, La Habana, Centro de Estudios Martianos y Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello, 1999, pp. 5-9.
  • Luis Toledo Sande: “Algo sobre Martí y Estrada Palma”, Granma, 17 de octubre de 2003.