Romualdo Crespo de la Guerra
El 18 de octubre de 1871 arribó a La Habana, para ejercer como general segundo cabo. En los momentos que tienen lugar los sucesos que desencadenarían la tragedia del 27 de noviembre de 1871, estaba en funciones de Gobernador y Capitán general interino, en sustitución del Conde de Valmaseda, que se hallaba en campaña en Las Tunas.
Su postura fue significativa en el fusilamiento de los ocho estudiantes de Medicina, primero, al alentar y promover una gran parada militar de los voluntarios,[1] en la tarde del domingo 26 de noviembre de 1871, punto de partida del motín de este cuerpo paramilitar; y, segundo, al decidir, bajo la presión de las turbas vandálicas, embriagadas de aguardiente y fanatizadas por el odio visceral anticubano, que debían ser juzgados por un tribunal militar. Un mes más tarde fue relevado de sus funciones por el gobierno de la Metrópoli. El 15 de enero partió de regreso a España. Al igual que Dionisio López Roberts no experimentó dificultad alguna para continuar su carrera como hombre público. Poco tiempo después de la llegada a Madrid, se le dio la gobernación de las Islas Baleares.
[Tomado de OCEC, t. 25, p. 418. (Nota modificada por el E. del sitio web)].[2]
Notas:
Véase Abreviaturas y siglas
[1] Se dice que convocó la revista militar, que había sido suspendida antes por Valmaseda, para satisfacer su caprichosa vanidad personal de presentarse públicamente, por primera vez en Cuba, vestido con todos sus arreos de gala.
[2] Véase Luis F. Le Roy y Gálvez: “Personajes nobles y figuras viles del 27 de noviembre de 1871”, Revista de la Biblioteca Nacional José Martí, La Habana, septiembre-diciembre de 1971, no. 3, pp. 5-33.