I
Cuando sale a la luz, en la ciudad de Nueva York, el primer número de Patria —el periódico de José Martí —, ya el revolucionario cubano ha tenido muy fuertes y constantes vínculos con el periodismo. Durante más de veinte años no solo ha publicado en importantes diarios de España, México, Estados Unidos, Honduras, Chile, Uruguay, etc., sino que ha sido corresponsal desde Nueva York para dos de los más grandes rotativos de todo el Sur de América: La Opinión Nacional, de Caracas, y La Nación, de Buenos Aires.
Es necesario destacarlo así, porque el 14 de marzo de 1892 no solamente nacía Patria, el periódico creado por José Martí para ayudar a organizar y a hacer posible la continuación de las luchas de Cuba y Puerto Rico por su independencia. Nacía —ante todo— una nueva manera, muy suya, de concebir el periodismo, y de ponerlo al servicio de los objetivos de transformación económica, política y social de un pueblo en revolución.
II
Aunque solo hubiera sido por su condición de instrumento mayor, junto con el Partido Revolucionario Cubano, en la organización de la guerra y en la divulgación de sus ideas, el periódico de Martí estaba llamado a inaugurar un nuevo tipo de periodismo en el contexto cubano de entonces. Desde el punto de vista de la unión, de la acción conjunta y coordinada de los independentistas cubanos y puertorriqueños, Patria —o lo que es lo mismo, el nuevo periodismo cubano— está para fomentar todo lo que nos agrupe, todo lo que nos muestre unidos. Habrá momentos y puntos de discrepancias, de discusiones, y de diferencias; pero “cuanto nos enseñe con menos fuerza de la que tenemos en la realidad, cuanto nos muestre entretenidos en el camino, mientras el enemigo refuerza sus trincheras, eso no es nuestro”. Así en lo político. En lo que se refiere estrictamente a la guerra, el experimentado corresponsal y cronista de la sociedad estadounidense, colaborador asiduo de grandes órganos de la prensa latinoamericana, no vacila en afirmar que “la prensa es otra cuando se tiene en frente el enemigo”. Y añadía: “Entonces, en voz baja, se pasa la señal”. Nada debe dejarse ver, descuidadamente, a través de la prensa: “Lo que el enemigo ha de oír, no es más que la voz de ataque”.[2]
III
Pero no podía ser esa —la de cuidar con el máximo de discreción y desvelo no solo la información que se da al enemigo, sino también la imagen que de nosotros mismos trasmitimos— la única ni la más importante función del nuevo periodismo cubano que nace en Nueva York en 1892 con el periódico Patria. Faltarían aún funciones fundamentales por desarrollar, que no pueden ser cumplidas, a pesar de la anterior.
Toda Patria fue un constante transmisor de aquellos elementos formadores con que Martí quiso destacar y estimular determinados aspectos de nuestra identidad como antillanos: conductas, actitudes y posturas. Serlo estuvo entre sus propósitos expresos, y en alguna ocasión Martí destacaría, hablando precisamente del periódico y de su función —y comparándolo con un piano—, que “un teclado tiene muchos marfiles, y el pedal apoya este o aquel, según quiera prolongar un sonido puro, o ligarlo, o sofocar otro agrio”.[3]
Porque “los pueblos no están hechos de los hombres como debieran ser, sino de los hombres como son. Y las revoluciones no triunfan, y los pueblos no se mejoran si aguardan a que la naturaleza humana cambie; sino que han de obrar conforme a la naturaleza humana y de batallar con los hombres como son,—o contra ellos”.[4]
Entonces, para Martí, primero es conquistar el derecho a cambiar y a transformar tanto la realidad como el hombre, y después de conquistada esa posibilidad, ayudar a que ambos sean mejores. En esa función, no poco tiene que hacer el periodismo revolucionario, el periodismo transformador.
En ese continuado batallar por la transformación de “los hombres como son” en “los hombres como debieran ser”, Patria —el nuevo periodismo cubano— tuvo mucho que hacer, y mucho que decir, y lo hizo, según criterios ya expresados por Martí desde mucho tiempo antes, exigiendo a los cubanos de entonces la más activa, honesta y valiente participación en la transformación revolucionaria de la realidad: “Los problemas se retardan, mas no se desvanecen. Negarnos a resolver un problema de cuya resolución nos pueden venir males, no es más que dejar cosecha de males a nuestros hijos. Debemos vivir en nuestros tiempos, batallar en ellos, decir lo cierto bravamente, desamar el bienestar impuro, y vivir virilmente […]”.[5]
Contracorriente, La Habana, 1997, año 3, no. 8, pp. 170-171.
Tomado del Anuario del Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2014, no. 37, pp. 343-345.
Otros textos relacionados:
- Emilio Roig de Leuchsenring: “Política y revolución en Patria. Cincuentenario de la fundación de este periódico por José Martí”, Cuaderno de la Comisión de Cultura, La Habana, 1942, no. 3, pp. 21-28.
- Ibrahim Hidalgo Paz: “Patria: ‘órgano del patriotismo virtuoso y fundador’”, Anuario del Centro de Estudios Martianos, La Habana, 1982, no. 5, pp. 247-262; Incursiones en la obra de José Martí, La Habana, Centro de Estudios Martianos/Editorial de Ciencias Sociales, 1989, pp. 139‑142; y El periodismo como misión, compilación y prólogo de Pedro Pablo Rodríguez, La Habana, Centro de Estudios Martianos y Editorial Pablo de la Torriente Brau, 2012, pp. 373-394).
- Colectivo de autores: El Partido Revolucionario Cubano y Patria, trinchera de ideas, La Habana, Editora Política, 1983.
- Julio Le Riverend: “Palabras para José Martí en el centenario del periódico Patria”, El Día, México, 13 de marzo de 1992. (Texto leído en la celebración del centenario del periódico Patria, en la Universidad Obrera de México).
- Carmen Suárez León: Comentarios al periódico Patria, La Habana, Dirección de Literatura del Instituto Cubano del Libro, 1992.
- Ana María Verde Retana: “Patria en Martí”, Anuario del Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2007, no. 30, pp. 162-170.
- Luis Toledo Sande: “Un periódico para la Revolución”, Bohemia, La Habana, 23 de marzo de 2012.
- Randy Saborit Mora: “Patria y punto. Acercamiento a la línea editorial de un periódico fundador (1892-1895)”, Anuario del Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2012, no. 35, pp. 72-92.
- Jorge Hernández Álvarez: “José Martí y la identidad nacional en Patria: fragua de cubanía”, Temas, La Habana, enero-marzo de 2019, no. 97, pp. 18-25.
- Pedro Pablo Rodríguez: “Patria fue la apoteosis periodística de José Martí” periodistascuba.cu
- Pedro Antonio García: “Periódico Patria. Soldado del patriotismo virtuoso y fundador”, Bohemia, año 114, no. 5, La Habana, 11 de marzo de 2022, pp. 5-7. Ver más…
Textos de José Martí en Patria en este Sitio
Notas:
Véase Abreviaturas y siglas
[1] “Este 2014, Ramón de Armas Delamarter-Scott hubiera cumplido setentaicinco años de edad. Lamentablemente falleció en 1997 y dejó en su papelería muchos proyectos inacabados.
El argumentado razonar que caracterizaba a sus escritos y la originalidad de sus ideas contribuyeron a ganarle sólido prestigio dentro del campo de los estudios sobre José Martí. Su libro fundamental, La revolución pospuesta (1971), marcó un hito decisivo para la comprensión del alcance del ideario Martiano y para iniciar en la historiografía cubana el avance por el camino del análisis de la actuación y de las propuestas de los sectores diversos del movimiento patriótico.
El Anuario del Centro de Estudios Martianos considera honroso evocar en estas páginas a quien formara parte de su cuerpo de investigadores y entregara en cuantía elevada su entusiasmo y talento a la institución desde que esta fuera creada. El artículo que presentamos, escrito a propuesta del Centro de Estudios Martianos para publicar en el habanero periódico Trabajadores, no pudo salir a luz y fue dado a conocer posteriormente en la revista Contracorriente”. (Pedro Pablo Rodríguez: “El recuerdo de Ramón de Armas”, Anuario del Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2014, no. 37, p. 342).
[2] JM: “A nuestra prensa”, Patria, Nueva York, 14 de marzo de 1892, no. 1, p. 2; OC, t. 1, pp. 322-323.
[3] “Escribe a Patria ‘un mambí viejo’, que es persona de buena voluntad, y de mejor dicción. Y Patria es blanda al noble consejo, como piadosa para el consejo que no lo sea, por ser todo este mundo enfermedad, y haberse de pasar por él con el alma de la medicina. Al viril mambí diremos solo que no es virilidad lo que falta en esta casa,—ni prudencia: y que un teclado tiene muchos marfiles, y el pedal apoya este o aquel, según quiera prolongar un sonido puro, o ligarlo, o sofocar otro agrio”. (JM: “En casa”, Patria, Nueva York, 3 de abril de 1892, no. 4, p. 3; OC, t. 5, p. 347).
[4] JM: “La guerra”, Patria, Nueva York, 9 de julio de 1892, no. 18, p. 1; OC, t. 2, p. 62.
[5] JM: “Carta de Nueva York. El Misisipi desbordado.—Guerra social”, La Opinión Nacional, Caracas, 31 de marzo de 1882, OCEC, t. 9, p. 282.
[6] Ramón de Armas (1939-1997). Historiador, investigador y ensayista cubano, autor, entre otros títulos, de un clásico de la historiografía cubana: La revolución pospuesta.