“No le interesa a Orígenes formular un programa, sino ir lanzando las flechas de su propia estela. Como no cambiamos con las estaciones, no tenemos que justificar en extensos alegatos una piel de camaleón. No nos interesan superficiales mutaciones, sino ir subrayando la toma de posesión del ser. Queremos situarnos cerca de aquellas fuerzas de creación, de todo fuerte nacimiento, donde hay que ir a buscar la pureza o impureza, la cualidad o descalificación de todo arte. Toda obra ofrecida dentro del tipo humanista de cultura, o es una creación en la que el hombre muestra su tensión, su fiebre, sus momentos más vigilados y valiosos, o es, por el contrario, una manifestación banal de decorativa simpleza. Nos interesa fundamentalmente aquellos momentos de creación en los que el germen se convierte en criatura y lo desconocido va siendo poseído en la medida en que esto es posible y en que no engendra una desdichada arrogancia”. (José Lezama Lima: “Orígenes”, Orígenes. Revista de Arte y Literatura, La Habana, primavera de 1944, año I, núm. 1, p. 5).
“Orígenes es algo más que una generación literaria o artística, es un estado organizado frente al tiempo. Representa un mínimum de criterios operantes en lo artístico y en las relaciones de la persona con su circunstancia. Será siempre, o intentará serlo en forma que por lo menos sus deseos sean a la postre sus realizaciones, un estado de concurrencia, liberado de esa dependencia cronológica que parece ser el marchamo de lo generacional. Desde hace más de quince años, eso que ahora se llama Orígenes, y que antaño se llamó Verbum, Espuela de Plata, Clavileño, Nadie Parecía, se muestra en su fase de riesgo y creación, olvidando el disfrute de todo declive crítico y el regusto de lo adquirido y acariciado. Esa concurrencia operada en Orígenes, se debía a su especial manera de trabajar la historia secreta, que existirá siempre que entre nosotros existan cuadrilleros, momentáneamente invisibles, que laboren dentro de la visión poética del acto naciente, de la poesía como búsqueda de la sustancia irradiante, o del protón pseudos”. (José Lezama Lima: “Alrededores de una Antología”, Orígenes. Revista de Arte y Literatura, La Habana, 1952, año 9, no. 31, p. 64).
“Un hecho como el de la revista Orígenes constituye una forma suprema de heroísmo donde todo invita a no seguir, a cambiar de rumbo, a ‘ganarse la vida’ haciendo cualesquiera de esas incultas y anti-inteligentes tareas remunerativas: periodismo, televisión, radio. Y quien dice revista Orígenes dice José Lezama Lima. Encarna él una actitud incomprensible por ahora y en el ahora que vivimos, ya que lo cómodo es lo otro, halagar las pasiones públicas, unirse a los gobiernos y a las oposiciones, bailar al son del pandero que en un sitio o en otro pueda atraernos las miradas y los aplausos de la mayoría. […] / Ignorar que de una actitud así están hechas las páginas mejores de la historia cultural de cualquier país es ignorar demasiado. […] / Cuando todo parece igualmente pasar y morir, se advierte que hay algo resistente, extraño a la desaparición y al polvo de la tumba. Ese algo es el fruto del espíritu, el producto de la obra realizada con los materiales indestructibles de la pura inteligencia y la pura creación”. (Gastón Baquero: “De la continuidad en el esfuerzo cultural: Orígenes” (Diario de la Marina, 6 de marzo de 1955), Paginario disperso, selección e introducción de Carlos Espinosa Domínguez, La Habana, Ediciones UNIÓN, 2014, pp. 75-76).
“Porque si de hablar de los méritos de ese grupo se trata hay que subrayar de inmediato que uno de los principales es precisamente el de haber conquistado para nuestra alma colectiva ese estrato de los símbolos o enigmas que —a veces como traumas, a veces como revelaciones históricas— tenemos que interpretar en el proceso de nuestro autoconocimiento como pueblo”. (Gustavo Pita Céspedes: “Las tres filosofías de Orígenes”, Contracorriente, La Habana, 1996, año 2, no. 3, p. 36).
“Más que una revista, un grupo literario o un círculo intelectual, Orígenes fue una forma de pensar, un modo de hacer y creer y hasta una actitud ante la vida durante varias décadas. El escritor prefirió llamarlo ‘estado de concurrencia poética’ o ‘taller renacentista’ y destacó, como su mérito esencial, la coralidad del empeño. En la presentación del primer número de la revista homónima, el poeta escribía: ‘Queremos situarnos cerca de aquellas fuerzas de creación, de todo fuerte nacimiento, donde hay que ir a buscar la pureza o la impureza, la cualidad o descalificación de todo arte’. Esta vuelta a lo fundacional está presidida por una visión humanista del arte, asumido a la vez como revelación de la más alta belleza y como perfeccionamiento del hombre en el ejercicio del bien”. (Roberto Méndez Martínez: “Orígenes, destino y expresión poética”, Espacio Laical, La Habana, 2009, no. 4, p. 103).
“[…] Orígenes, ese formidable movimiento espiritual de la cultura latinoamericana, que situó la lírica y el ensayo en torno a la poesía a una altura en verdad universal, más allá de populismos y de estéticas de élite, supuestamente refinadas o exquisitas solo en un sentido intrascendente, hecho de puras sonoridades y temáticas ciertamente linajudas, pero que en las voces de algunos autores no pasaban de ser remedos empobrecidos o insuficientes, para adentrarnos en un diálogo genuino y enriquecedor con la realidad y con la vida”. (Enrique Saínz: “Prólogo” al libro de Fina García Marruz: Obra poética, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 2008, t. I, pp. 5-6).
Otros textos relacionados:
- María Zambrano: “La Cuba secreta”, Orígenes. Revista de Arte y Literatura, La Habana, invierno de 1948, año V, no. 20, pp. 3-9.
- Cintio Vitier: “Palabras de apertura”, Coloquio Internacional Cincuentenario de Orígenes, Casa de las Américas, La Habana, junio de 1994; Credo, año I, núm. 3, La Habana, octubre de 1994.
- Cintio Vitier: Para llegar a Orígenes, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1994.
- Cintio Vitier: “La aventura de Orígenes”, Fascinación de la memoria, transcripción, selección y prólogo de Iván González Cruz, La Habana-Madrid, Editorial Letras Cubanas, 1994.
- Fina García Marruz: La familia de Orígenes, La Habana, Ediciones Unión, 1997.
- Cintio Vitier: “Orígenes es una fábula”, entrevista de Ciro Bianchi Ross, Oficio de intruso, La Habana, Ediciones Unión, 1999, pp. 87-101.
- Jorge Luis Arcos: Orígenes: la pobreza irradiante, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1994.
- Reynaldo González: “Orígenes y un debate necesario”, Espiral de interrogantes, La Habana, Ediciones Boloña, 2004, pp. 341-358.