AL DIRECTOR DEL PERIÓDICO PATRIA
Cuba libre, mayo 15 de 1895
Sr. Director del periódico Patria:
Estimado compatriota: Prometí a usted dar cuenta detallada y extensa de los progresos de la hoy potente revolución cubana, y a ello accedo gustoso, en atención al cariz espléndido y sonriente que presenta esta lucha de la vergüenza contra la tiranía y el pillaje.
[…] / El día 24 de abril recibió el general José Maceo una carta del general en jefe Máximo Gómez, diciéndole que había desembarcado él, José Martí y varios compañeros más, en las costas de Baracoa y en el punto denominado La Playita.
Inmediatamente se puso en marcha el general Maceo al frente de su fuerza, que se hallaba acampada en Filipinas, y llegó a Arroyo Hondo, después de una marcha penosísima a las once de la mañana del día 25.
En dicho punto debían esperar a los revolucionarios de la expedición; pero aún no se hablan quitado los patriotas el polvo del camino, cuando fueron atacados por una fuerza española compuesta de 600 hombres. […] El combate duró cuatro horas, al cabo de las cuales las fuerzas españolas se vieron obligadas a retirarse, dejando en el suelo muertos, heridos, armas y pertrechos.
A los pocos momentos llegaron al lugar de la refriega los expedicionarios, los cuales habían oído todo el fuego.[1] El recibimiento fue magistral […].
[…] / Al día siguiente emprendieron la marcha con dirección al punto conocido por Majaguabo Arriba, donde los esperaba ya el general Antonio Maceo, que se ocupaba en concentrar y organizar las fuerzas. Allí estaban ya las columnas del brigadier Rabí, las del coronel Goulet y el regimiento “Moncada” al mano del coronel Planas, a más de un sinnúmero de cubanos que iban ingresando al campamento general: total unos 5 000 hombres.
La llegada de los expedicionarios fue un verdadero acontecimiento: todos los corazones sentíanse latir con violencia y en todos los rostros brillaba una sonrisa indescriptible. El general Antonio Maceo fue a recibir a los recién venidos a las avanzadas colocadas en el camino. Nadie será capaz de describir aquellas escenas en que callan los labios, tiembla la pluma y se conmueve la alegría del corazón. Aquella fue una explosión de júbilo. Por espacio de media hora, y mientras recorrían el camino a cuyos lados estaban formadas las fuerzas, solo se oían estruendosos y entusiastas vivas a Gómez, a Maceo, a Martí, a Borrero y demás jefes del Ejército Libertador.
Una vez llegados al cuartel general, donde el general Maceo dio vivas a Gómez, a Martí y al ejército, tomó la palabra el general Gómez, y en un sencillo pero elocuente discurso dirigió felicitaciones al ejército cubano de quien espera grandes esfuerzos; recomendóles una rigurosa disciplina por ser ella base fundamental de todo ejército que quiera obtener un buen resultado en sus operaciones, y concluyó dando un viva al ejército de Oriente que fue calurosamente respondido.
Después habló José Martí, el ilustre cubano de alma piadosa y fecunda imaginación. Su discurso, como siempre, brotó de sus labios con pasmosa facilidad. Habló de la general armonía existente hoy entre todos los cubanos para derrocar la tiranía española; ensalzó en justas y elegantes frases, la constancia y valentía de los generales Gómez y los Maceo (Antonio y José), y concluyó alentando a las fuerzas para que cuanto antes pudiéramos abrazar a la faz del mundo la bandera de nuestra patria. Mientras duró su peroración, aquella falange inmensa de patriotas que le escuchaban con el alma llena de fe y los ojos húmedos de emoción, rompió los diques que la sujetaba y estalló en gritos y vivas de apoteosis incomparable.[2]
Esto ocurrió el día 6 de mayo.[3] Al día siguiente los expedicionarios siguieron viaje en dirección al Camagüey, y el general Maceo continuó en Majaguabo Arriba, organizando las fuerzas que a diario se incorporaban.
[…] / De usted affmo. S.S.,
Tomado de Patria, Nueva York, 10 de junio de 1895, año III, no. 165, pp. 1-2.
Notas:
Véase Abreviaturas y siglas
[1]Véanse las anotaciones del Diario de campaña de José Martí correspondientes al 25 de mayo de 1895. (Diario de campaña. Edición anotada, investigación y apéndices de Mayra Beatriz Martínez, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2014, pp. 78-80).
[2]Véase Mariano Corona: “El Apóstol y el Caudillo al otro día de La Mejorana” (1900), en Yo conocí a Martí, selección y prólogo de Carmen Suárez León, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2012, pp. 33-35.
[3]Aunque se conservan las páginas en el Diario de campaña de Martí, donde da cuenta de los pormenores de la malograda entrevista de La Mejorana (5 de mayo de 1895), fueron sustraídas, sin embargo, del manuscrito original, las correspondientes al día 6, cuando, al parecer, en un gesto de desagravio y reconciliación, Antonio Maceo invita a Gómez y a Martí a visitar su Cuartel general, en Hondón de Majaguabo. En carta a Carmen Miyares y sus hijos, de 9 de mayo de 1895, Martí alborozado escribe: “Vamos a Masó, venimos de Maceo. ¡Qué entusiasta revista la de los 3 000 hombres de a pie y a caballo que tenía a las puertas de Santiago de Cuba! ¡Qué erguido en su hermoso caballo el valiente Rabí! ¡Qué lleno de triunfos y de esperanza Antonio Maceo!” (EJM, t. V, pp. 233-234).
[4]Mariano Corona Ferrer (1869-1912). Periodista cubano. Fundador de El Cubano Libre, periódico mambí. Al finalizar la Guerra de 1895 ostentaba el grado de Comandante del Ejército Libertador.