Resumiendo, en conclusiones todo lo dicho hasta aquí sobre la obra escrita por Valdés Domínguez en relación con la tragedia del 1871, se puede puntualizar: 1º El testimonio que en ella se aporta nos parece exento de toda crítica en cuanto narra hechos sufridos por él en su persona, o aquellos otros en que tuvo ocasión de ser testigo presencial. Tales son, por ejemplo, sus recuerdos de las horas terribles pasadas en la galera desde donde oía los gritos de la turba de voluntarios pidiendo sus cabezas; las escenas de los horrores que sufrió en las canteras de San Lázaro durante su permanencia en el presidio; los palos que recibió en el banco; la escena de crueldad donde narra cómo le arrancaron cuatro uñas del pie derecho y dos del izquierdo; el aspecto puramente subjetivo de sus sufrimientos morales, etc. 2º Cuando habla de asuntos objetivos, como sucesos en los que no ha estado presente y no puede narrarlos como testigo ocular, su testimonio queda abierto a la misma crítica que pueda hacérsele a la declaración de cualquier persona que hable por la información que ha recibido, pero que no es de primera mano. En este caso se encuentra la descripción de los sucesos ocurridos en el cementerio de Espada el 23 de noviembre de 1871, sobre los que no hay constancia alguna, ni él se atreve tampoco a afirmarlo, que los haya presenciado. 3º En multitud de datos informativos contenidos en su libro, ya se ha visto que hay mucho de erróneo, lo que impide que su obra clásica pueda tomarse por la crítica histórica severa, pero imparcial, como expresión de cosa indubitable, o que se le conceda un crédito ilimitado, según hasta ahora se ha venido haciendo, quizás con harta ligereza, y solo por su noble conducta de reivindicador de la memoria de sus hermanos muertos. 4º Finalmente, y adelantándonos a lo que expondremos un poco más adelante, la discordancia con la verdad histórica que salta a la vista cuando se refiere a la condena impuesta a Martí y a él en el juicio por infidencia celebrado en 1870, da mucho que pensar respecto a cuanto de crédito y cuánto de reserva haya que tener en cuenta al usar su patético libro como fuente histórica, de referencia obligada, en relación con los sucesos ocurridos el 23 de noviembre de 1871 en el cementerio general.
Es curioso que otro de los estudiantes del 1871, condenado como Valdés Domínguez a seis años de presidio, el doctor Antonio Reyes Zamora, de una versión de los hechos, distinta completamente a la clásica de Valdés Domínguez respecto al punto de partida de los sucesos del 27 de noviembre de 1871. Lo que sí resulta lamentable es que esta versión de Reyes Zamora haya aparecido en 1920, cuando ya hacía diez años que había muerto Valdés Domínguez, que era quien lógicamente se la podía discutir. Débese señalar que todavía en esa fecha vivían muchos de los actores de aquel drama, entre ellos Fernando Méndez Capote e Isidro Zertucha Ojeda, quienes nunca dejaron una versión escrita de aquellos sucesos donde fueron actores, espectadores, y víctimas.
Inexactitudes en el artículo “Ofrenda de Hermano”
Los pequeños detalles que considerados en conjunto hace que se tomen las afirmaciones de Valdés Domínguez con una discreta reserva, encuentran otra oportunidad de mostrarse, en su artículo “Ofrenda de hermano”, dedicado a Martí y publicado en el periódico El Triunfo, editado en La Habana, en sus números del 19 y 20 de mayo de 1908, y que se incluye en el Vol. XII de la edición de las obras de Martí en la primitiva edición Quesada.
En este artículo de Valdés Domínguez, al narrar el juicio y condena a que fueron sometidos Martí y él a comienzos de 1870, expresa que a los dos se les condenó a seis años de presidio.[20] Esta afirmación incomprensible está puesta en el texto del pasaje en una forma tal, que imposibilita suponerla una errata de imprenta. La manera en que aparece en el párrafo, destacándose como una oración aislada, es así: “Diez y seis años tendría entonces Martí. El fiscal pedía para él la última pena, y para Valdés Domínguez diez años de presidio. El fallo fue seis años de presidio para ambos. Martí pasó de la cárcel al presidio el cuatro de abril de mil ochocientos setenta, […]”.[21]
Del mismo artículo “Ofrenda de hermano”, el martiano de corazón y autor laureado, don Isidro Méndez, en el Apéndice I de su obra premiada en el concurso de 1939 y publicada en La Habana en 1941, Martí. Estudio crítico-biográfico, se ve precisado a rectificar inexactitudes en que incurre Valdés Domínguez al narrar asistencias a colegios por parte de Martí a los diez años de edad. Y con delicado eufemismo, tan propio del modo de decir de don Isidro, comenta, refiriéndose a Valdés Domínguez: “El eminente patriota fió excesivamente en su memoria”.[22]
Asimismo, en el mencionado artículo, en dos ocasiones hace mención Valdés Domínguez de la ida de Martí y él a Zaragoza, a continuar allí sus carreras universitarias iniciadas en Madrid. En uno de esos pasajes expresa (loc. cit. (5), p. 26): “Cada día se sentían más enfermos Martí y Valdés Domínguez; y por indicación facultativa, decidieron ir a continuar sus estudios en Zaragoza”. Y en otro pasaje anterior ha expresado (ibíd., p. 21): “En el año, pues, de 1872, a los 19 años de edad, reanudaron aquellos dos hermanos los estudios, primero en Madrid y después en Zaragoza”. Este modo poco preciso de narrar los hechos, ha hecho creer a muchos que ambos eran graduados de la Universidad de Zaragoza, cuando lo cierto es que esto, que es verdadero en el caso de Martí, no lo es respecto a Fermín Valdés Domínguez, quien se graduó de Licenciado en Medicina en la Universidad Central de Madrid, el 26 de noviembre de 1875. (Archivo Central de la Universidad de la Habana. Expediente de estudios No. 14144, perteneciente a Fermín Valdés Domínguez, folios 1, 6, 24).
Y, sin embargo, aquí, como en otras ocasiones, Valdés Domínguez dice verdad, pero su modo impreciso de expresarse es el origen de que el lector no especialista sea conducido a error. El expediente universitario de Fermín Valdés Domínguez relativo a sus estudios en España, revela un modo errático y anormal de aprobar las asignaturas de su carrera. En él se encuentra que aprobó las materias del primero y último año de la licenciatura en la Universidad de Zaragoza, aunque hizo el grado en la Central de Madrid; y las de los años intermedios, las examinó unas en la de Zaragoza, y otras en la Universidad de Valladolid.[23]
Notas:
[20] Véase Raúl Rodríguez La O: “La verdadera causa de la condena de José Martí a seis años de presidio”, Dolor infinito, presentación de Cintio Vitier, La Habana, Ediciones Abril, 2007, pp. 23-51. (N. del E. del sitio web).
[21] “Ofrenda de hermano”, p. 18. La sentencia impuesta, como es bien sabido y se ha publicado repetidas veces, fue seis años de presidio para Martí, y seis meses de cárcel para Valdés Domínguez, sanción que este último cumplió en las prisiones de la Cabaña.
[22] Manuel Isidro Méndez: Martí, ob. cit., p. 282.
[23] Informe detallado en comunicación del Archivo Histórico Nacional de Madrid, donde radica el citado expediente, al autor de estas líneas, en noviembre 7 de 1969, e incluido ahora en el expediente de estudios de Fermín Valdés Domínguez que se conserva en el Archivo Central de la Universidad de la Habana.