Laboriosidad martiana. José Martí fue durante toda su vida un modelo ejemplar de trabajador infatigable, que comprendió profundamente el valor del trabajo como fuente de riqueza —personal y pública—, de valores cívicos y morales, y de gozo permanente por el deber cumplido. Así decía:
- “El trabajo es mi fiebre permanente”. (Lourdes Ocampo Andina: José Martí: Fabulación y construcción de la identidad continental, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2018, p. 160; Fragmentos, OC, t. 22, p. 246).
- “El trabajo me engolosina. / El trabajo me pone alas. / A otros embriaga el vino; a mí el exceso de trabajo.— / Del vino-espuma, del exceso de trabajo, poesías.—”. (JM: “Cuaderno de apuntes no. 5”, [1881], OC, t. 21, p. 160).
- “[…] como yo trabajo, amo a los que trabajan […]”. (JM: Fragmentos, OC, t. 22, 252-253).
- “Veo que el trabajo es fuente de toda alegría, y todo pobre de ánimo es un verdadero desertor. En esta batalla de la vida hay que morir sonriendo”. (JM: “Cuaderno de apuntes no. 6”, [1881], OC, t. 21, p. 184).
- “El trabajo, este dulcísimo consuelo, esta fuente de fuentes, esta fuente de orígenes, este cincel, pincel, creador, evocador, este amigo que une, añade, sonríe, avigora y cura […]. El trabajo me place”. (JM: Fragmentos, OC, t. 22, p. 321).
- “Porque trabajar, con la hiel al cuello, entre hombres que parecen pezuñas, por el mero pan del día, sin una mano de amigo, sin un retazo de Alameda, sin nadie en quien verterse ni hacer bien,—hasta indigno de hombre es, y cosa que me tiene medio muerto y avergonzado”. (JM: “Carta a Manuel Mercado”, [Nueva York, 22 de marzo de 1886], OCEC, t. 23, p. 180).
- “Una semana hace que ando buscando una hora de sosiego para empezar a vaciar en ti el alma cerrada desde hace muchos años; pero ni en lo alto de la noche la hallo, porque esa es, precisamente, la hora en que más trabajo”. (JM: “Carta a Fermín Valdés-Domínguez”, Nueva York, 7 de abril de 1887, OCEC, t. 25, p. 369).
- “El trabajo es romántico. La vida es romántica. Solo la necedad no lo es. El que seca el romance, seca la vida. El trabajo es piadoso. ¿Quién da más limosna, quién tiene el corazón más blando que los trabajadores?” (JM: “Un día en Nueva York”, La Nación, Buenos Aires, 22 de noviembre de 1888, OCEC, t. 30, p. 58).
- “Trabajar es lo verdadero, y decir sin miedo lo que se piensa: he ahí las dos raíces”. (JM: “Desde el Hudson. Las lanas”, La Nación, Buenos Aires, 20 de febrero de 1890, OC, t. 12, p. 379).
- “Ahora solo le diré que he estado, con el alma a rastras, de organización patriótica, y de la cama a la tribuna,—de viajes de evangelista,—de enfermedad larga y grave,—de polémica y desafío”. (JM: “Carta a Manuel Mercado”, [Nueva York] 11 de febrero [ de 1892], EJM, t. III, p. 44).
- “Para mí, Serafín, no hay día ni noche. La salud me ha vuelto, y mucha necesito para cumplir sin flaqueza ni demoras con mi obligación. Yo no creo en esperas a la hora del cuajo: ni estoy yo amasado con esperas. Lo que se debe hacer, hay que hacerlo”. (JM: “Carta al general Serafín Sánchez”, [Nueva York, junio de 1892], EJM, t. III, t. 3, pp. 124).
- “¿Y la piedad, para un viajero que en dos meses no ha dormido una noche entera, ni se ha sentado a derechas a la mesa de comer?” (JM: “Carta a Carolina Rodríguez”, [Nueva York, octubre de 1892], EJM, t. III, p. 216).
- “Del martes acá y es sábado, me he acostado una sola noche”. (JM: “Carta a Gonzalo de Quesada”, Fernandina, 18 [de febrero de 1893], EJM, t. III, p. 266).
- “En los tres días, Gómez y yo dormimos tres horas”. (JM: “Carta al general Serafín Sánchez”, Nueva York, 25 de julio de 1893, EJM, t. III, p. 379).
- “Yo no trabajo por mi fama, puesto que toda la del mundo cabe en un grano de maíz, ni por bien alguno de esta vida triste, que no tiene ya para mí satisfacción mayor que el salir de ella: trabajo por poner en vías de felicidad a los hombres que hoy viven sin ella”. (JM: “Carta al general Antonio Maceo”, Key West, 15 de diciembre de 1893, EJM, t. III, p. 482).
- “Día y noche en trabajo, y acabo apenas. […] // Pancho cuenta las notas y las cartas: 48, y faltan”. (JM: “Carta a Gonzalo de Quesada y Aróstegui”, [Nueva Orleans] 31 de mayo de 1894, EJM, t. IV, pp. 182-183).
- “Ya no veo lo que escribo. Dos días seguidos a la mesa y sin noche”. (JM: “Carta al general Serafín Sánchez”, [Nueva York] 3 de noviembre [de 1894], EJM, t. IV, p. 318).
- “Son las nueve de la noche, toca a silencio la corneta del campamento, y yo reposo del alegre y recio trabajo del día escribiendo […]. / ¡Qué cariñosas las estrellas… a las tres de la madrugada! A las cinco, abiertos los ojos, y a caballo. / Y han de saber que me han salido habilidades nuevas, y que a cada momento alzo la pluma, o dejo el taburete, y el corte de palma en que escribo, para adivinarle a un doliente la maluquera […]”. (JM: “Carta a Carmen Miyares y sus hijos”, Cerca de Guantánamo, 28 de abril de 1895, EJM, t. V, pp. 191 y 193, respectivamente).
- “En las sombras de una segunda noche de continua vela […], escribí a Vds. mi carta segunda. […] Doblado a la faena, ni para pasear el campamento una vez he tenido lugar […] / ¿Cómo los caliento a todos a mi pecho, y les doy de este aire puro de la libertad? […] ¿Trabajan mucho, como yo trabajaba? […] Besen la mano a sus mujeres y trabajen”. (JM: “Carta a Gonzalo de Quesada y Benjamín J. Guerra”, Filipinas, jurisdicción de Guantánamo, 30 de abril de 1895, EJM, t. V, pp. 200-204).
- “[…] desechando la tardía comida, con pan y queso nos habíamos ido a la hamaca, cuando llega, […] el corresponsal del Herald, George Eugene Bryson. Con él trabajo hasta las 3 de mañana. A las 5, [… al] cafetal de Jaragüeta. […] Trabajo el día entero,[1] en el manifiesto al Herald […] A la 1, […] me tiendo en un banco […]: a las 4, diana”. (3 de mayo de 1895. Diarios de campaña. Edición anotada, investigación y apéndices de Mayra Beatriz Martínez, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2019, pp. 85-86).
Notas:
Véase Abreviaturas y siglas
[1] En una carta del general Máximo Gómez a Gonzalo de Quesada, fechada el 4 de mayo de 1895, le escribe: “No teman por Martí; no nos separaremos. […] // Marchamos para el centro. A los cubanos que no desmayen. Tenemos un mundo de trabajo. Es de prisa. Martí no duerme, escribiendo”. (Patria, Nueva York, 23 de mayo de 1895, no. 163, p. 2).

