Justo Rufino Barrios (1835-1885)

Político y militar guatemalteco. Fue jefe militar, junto con Miguel García Granados, de la llamada Revolución de 1871, la cual dio lugar en Guatemala a profundas reformas inspiradas en el espíritu liberal. Fue elegido presidente en 1873 y se mantuvo en el cargo hasta su muerte, ejerciendo un férreo poder —personal y autoritario—, “donde todo obedec[ía] al látigo de un caprichoso mayoral”.[1] Su gobierno emprendió una vigorosa campaña de modernización del país mediante la cual fueron confiscados y vendidos a particulares los bienes de la Iglesia católica y suspendidos sus privilegios, se introdujeron el ferrocarril y el telégrafo, se habilitaron puertos, se crearon bancos y se favoreció el cultivo del café, el cual se convirtió en el sostén económico del país. La obra de su gobierno se completó con la aprobación de numerosos códigos que culminaron en la Constitución de 1879, republicana y centroamericanista.
El reconocimiento de la República de Cuba en Armas[2] le provocó un serio incidente diplomático con España. Terminó, además, las disputas territoriales con México al firmar un tratado que cedía Soconusco al país vecino. El presidente guatemalteco gozó de influencia política notable en el ámbito centroamericano, al extremo de determinar diversos cambios de gobierno en Honduras y El Salvador. A comienzos de 1885, presionado —según algunos de sus colaboradores— por los acuerdos de Estados Unidos con Nicaragua para construir un canal en esa nación, lanzó el decreto de unidad centroamericana y se proclamó presidente de la federación, la cual trató de llevar a vías de hecho a través de la guerra. A poco de comenzadas las operaciones militares, murió en combate en la frontera con El Salvador y cesó la empresa unificadora.[3] Su gobierno favoreció la formación de una poderosa oligarquía cafetalera que detentaría el poder político y económico en Guatemala hasta las primeras décadas del siglo xx.
Al llegar José Martí a la capital guatemalteca a principios de abril de 1877, expresó su simpatía por la reforma liberal que llevaba adelante el gobierno de Barrios y repudió en un documento público[4] la “sombría conspiración de clérigos y soldados”,[5] que en septiembre de ese año intentó asesinar al presidente y a su familia. Pero el extremo rigor con que actuó la justicia contra los complotados, los métodos dictatoriales y despóticos con que se impulsaba el desarrollo de país y la democión arbitraria de su amigo cubano José María Izaguirre, como director de la Escuela Normal de Maestros, comenzaron a restar fuerza a su adhesión inicial y obligaron a Martí, un patriota militante del ejercicio libre y democrático del poder —a riesgo de su expulsión inmediata del país, de su detención o quién sabe si de su propia vida— a calificar a Barrios como “un hombre torpe y brusco”.[6] Más adelante, lo caracterizaría de “bárbara persona, mantenida en el poder más por la corrupción de sus conciudadanos que por cualidad alguna suya”.[7] De él también escribió: “Barrios es un hombre astuto y fuerte que desprecia a los hombres, que los hace azotar, que gobierna por el terror—pero que comprende que debe disimular esas maldades, con las exigencias de una revolución popular contra el antiguo régimen oligárquico […] Es una especie de mito para las gentes del pueblo que lo tienen por un ser terrible y bueno, [… que] se ven con gusto azotados […] por una mano que sabe matar, pero que sabe, por cálculo, no por bondad, hacer el bien”.[8] Entre sus proyectos dramáticos se encontraba uno que, al parecer, estaría inspirado en la figura del tirano guatemalteco.[9]
Véase el ensayo de Jorge Ibarra: “El destierro guatemalteco: ¿un modelo civilista de régimen liberal, una dictadura revolucionaria de clase, o la tiranía de un caudillo?” (capítulo I), José Martí, dirigente, político e ideólogo, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2008, pp. 9-41.
[Tomado de OCEC, t. 1, pp. 310-311. (Nota modificada por el E. del sitio web)].
Notas:
Véase Abreviaturas y siglas
[1]JM: “Carta a Manuel Mercado”, Guatemala, 6 de julio de 1878, OCEC, t. 5, p. 311.
[2]Véase el artículo “Independencia de Cuba”, publicado en la Revista Universal, México, el 11 de mayo de 1875, OCEC, t. 1, pp. 244-245. (N. del E. del sitio web).
[3]Véase “Proyecto de Unión Centroamericana”.
[4]JM: “Carta al general Justo Rufino Barrios”, Guatemala, 6 de noviembre de 1877, OCEC, t. 5, pp. 184-185.
[5]JM: “Carta a Manuel Mercado”, [Guatemala] 10 de noviembre [de 1877], OCEC, t. 5, pp. 186-187.
[6]JM: “Carta a Manuel Mercado”, Guatemala, 20 de abril [de 1878], OCEC, t. 5, p. 307.
[7]JM: “Inauguración de un Presidente en los Estados Unidos”, La Nación, Buenos Aires, 7 de mayo de 1885, OCEC, t. 22, p. 41.
[8]JM: “[Los desórdenes de las repúblicas de América Central]” [1882], (traducción), OCEC, t. 13, pp. 194-195.
[9]OC, t. 18, pp. 181-183.