Juan Santos Fernández Hernández (1848-1922)
Nació en Alacranes, Matanzas, el 22 de julio de 1848. En el Colegio de Belén se graduó de bachiller en 1862, con notas de Benemerit, e ingresó en la Universidad de La Habana como alumno de Medicina hasta 1869, en que solicitó certificación de los estudios cursados para continuar la carrera en Europa, hacia donde embarcó más tarde.
En España conoció a José Martí y confraternizaron, al extremo de ser uno de los pocos amigos que el Maestro trató de “tú”.[1] Terminado los estudios, retornó a Cuba y se radicó en La Habana, ciudad en la que ejerció su profesión como médico-oftalmólogo. En 1877, en el viaje que Martí hizo de incógnito a La Habana, lo consultó y le recetó cristales convexos no. 24 como anteojos que, al parecer, Martí nunca usó.
En 1887, fundó en Cuba —según consta en la tarja que aparece en el lugar donde se encontraba su laboratorio— “el primer laboratorio Histo-bacteriológico de la crónica médico-quirúrgica de América, y el primer centro de vacunación antirrábica y antidiftérica”. Fue presidente de la Academia de Ciencias de Cuba y se le considera el padre de la Oftalmología.
El 30 de octubre de 1892, lo visitó doña Leonor Pérez, la madre de Martí, a la que atendía desde hacía cinco años, y estimó necesario operarla de las cataratas que padecía, lo que motivó que Martí le dirigiera unas conmovedoras líneas, el 18 de noviembre de ese año. Falleció en La Habana, el 6 de agosto de 1922.
(Tomado de Luis García Pascual: Entorno martiano, La Habana, Ediciones Abril, 2003, p. 92).
Notas:
Véase Abreviaturas y siglas
[1] Dispensó también este trato, digamos, familiar a Eusebio y Fermín Valdés-Domínguez, Gabriel y Agustín de Zéndegui y a José Joaquín Palma, entre otros pocos. (N. del E. del sitio web).

