Juan Carlos Gómez (1820-1884)
Periodista uruguayo. Durante la Guerra Grande emigró a Brasil. Vivió en Chile, donde conoció a los emigrados argentinos Domingo Faustino Sarmiento y Bartolomé Mitre. Escribió en El Mercurio de Valparaíso y se identificó con el partido oficialista. Tras una discusión periodística con Mitre, pasó a editar El Mercurio.
En 1852 se radicó en Buenos Aires, donde se recibió de abogado. De regreso a Montevideo, fue electo diputado por la ciudad de Salto. Editó un periódico, El Orden. Fue ministro de Relaciones Exteriores del Triunvirato de Gobierno de 1853. Se opuso a la invasión brasileña de 1854. En 1856, en Buenos Aires, se incorporó a la redacción de La Tribuna. En sus escritos atacaba el gobierno de la Confederación Argentina, que comparaba con la dictadura de Juan Manuel de Rosas, a la que hacía responsable de todos los problemas del país. De regreso al Uruguay a fines del 1857 atacó el gobierno de Gabriel Antonio Pereira, llamó a la revolución, por lo que fue expulsado del país.
Sucesor de Sarmiento en la redacción de El Nacional, sostuvo una política firmemente porteñista y liberal. En 1867 pasó a redactar El Inválido Argentino, que más tarde sería La Prensa. Fue miembro de la comisión de lucha contra la fiebre amarilla. Redactor de El Siglo y El Correo del Domingo. Fue abogado de los militares que habían participado en la revolución de 1874. Por muchos años enseñó en la Universidad porteña, aunque rechazó el título de Doctor en Jurisprudencia que esta le ofrecía. Durante la década del ochenta, se unió a la política anticlerical del gobierno de Julio Argentino Roca, atacando duramente la educación religiosa.
A su muerte, José Martí publicó un bello artículo titulado “Juan Carlos Gómez”, en La América, Nueva York, julio de 1884, en el que lo encumbra diciendo que “ese magno del Plata, […] acaba de caer, no en la tumba, sino en la apoteosis”, que “vivió comido de sueños del cielo y amores humanos […], y creó sin sentirlo una prosa encendida y triunfante”. También se refirió a él como “hombre de luz” y “caballero de la virtud”. Véase en OCEC, t. 19, pp. 266-274.
[Tomado de OCEC, t. 19, p. 364. (Nota modificada ligeramente por el E. del sitio web)].
Véase Abreviaturas y siglas