Juan Antonio Pérez Bonalde (1846-1892)

Poeta, periodista y traductor venezolano. Nació en Caracas, hijo de una familia de importancia en la política venezolana. Dos de sus hermanas se casaron con alemanes que tenían negocios en Venezuela, una de ellas con un miembro de una de las familias más importantes de Hamburgo, y otra con un holandés, todos vinculados entre sí por el comercio. Pasó algunos años de su adolescencia estudiando en Alemania, al parecer en casa de su hermana.

     Entre 1861 y 1864 vivió en Puerto Rico junto a su padre, quien había fundado allí una escuela luego de establecerse en 1858 a la caída de José Tadeo Monagas. Estudió dibujo y música, y fue considerado un pianista aceptable. Al parecer también se radicó un tiempo en la isla de St. Thomas trabajando como tenedor de libros e intérprete para varias casas de comercio alemanas y norteamericanas. Regresó a Caracas con su familia en 1864, y el padre abrió una escuela de niños y otra de niñas, aunque murió al poco tiempo. Trabajó en la administración del presidente Falcón. En 1868 comenzó a laborar en el periódico El Porvenir de Fausto Teodoro de Aldrey escribiendo sobre temas de política interior y literatura. Fue también autor de una sátira contra Antonio Guzmán Blanco, por lo que al llegar este al poder, se trasladó a Nueva York, donde residió durante muchos años y llegó a ser una de las personalidades más conocidas de la emigración hispanoamericana establecida en la urbe.

     Se casó en 1879 con la norteamericana Amanda Schoonmaker. Fue empleado y agente viajero de una firma germano-estadounidense, vinculada con sus parientes de Hamburgo, por lo que viajó mucho en labores de su empleo. En 1877 pasó por Cuba, Puerto Rico y República Dominicana, y en 1880 estuvo en Europa y el Oriente. Era políglota y dominaba el francés, el inglés, el alemán, el italiano y el latín. Tradujo del alemán “Los tres amores” de Uhland; varios poemas de Heinrich Heine como el Cancionero,[1] y del inglés “El cuervo” de Edgar Allan Poe. Fue amigo íntimo de Nicanor Bolet Peraza que estaba desterrado en Nueva York desde 1879 por su oposición a Guzmán Blanco, y a quien acompañó en sus múltiples empresas literarias, periodísticas y culturales. En 1890 volvió a Venezuela y murió en La Guaira.

     De su extensa producción poética publicada en periódicos venezolanos y neoyorquinos, se consideran sus obras principales los poemas “Flor”, dedicado a la muerte de su hija en 1883; “La vuelta a la patria” y “El poema del Niágara”,[2] cuya segunda edición, en 1883, fuera prologada[3] por José Martí, con quien sostuvo estrecha amistad durante la residencia neoyorquina de ambos; probablemente fuera él quien acercara a Martí al conocimiento de la lengua y la literatura alemanas.

     Cuando Pérez Bonalde visitó La Habana en diciembre de 1881, en compañía de su esposa, llevaba cartas de recomendación de Martí para Enrique José Varona y otros amigos suyos, residentes en la capital cubana. En ellas, el Apóstol lo distinguía particularmente como “poeta a la par en versos y obras”,[4] “hidalgo hombre”,[5] en quien se veían “fuegos de alba, luz de verdad y calor de Mediodía”.[6]

     Véase el artículo de Salvador Bueno: “Amigos venezolanos de José Martí”, publicado en Granma Internacional, La Habana, el 17 de agosto de 2003, dedicado a Cecilio Acosta y Juan Antonio Pérez Bonalde.

(Tomado de OCEC, t. 8, p. 169). (Nota modificada ligeramente por el E. del sitio web).

Juan Antonio Pérez Bonalde

Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] A propósito, de su labor como traductor de alemán, Martí escribía que no era nada fácil “dar cómoda y propia casa española al rebelde y movible espíritu de Heine—y Bonalde se la ha dado; y luciente y suntuosa”, pues había “vertido en rico molde castellano la acre esencia” del poeta germano. (JM: “Cartas a Enrique José Varona y a Gabriel de Zéndegui”, Nueva York, 1ro. de diciembre [de 1881], OCEC, t. 13, pp. 96 y 95, respetivamente).

[2] “Vea Vd. que era difícil ya cantar al Niágara de una manera original; brillante y durable,—y Bonalde lo ha cantado en un poema arrebatado y abundoso, impreso en sus Ritmos, que le han valido tantas celebraciones”. (“Carta a Enrique José Varona, ob. cit., p. 96).

[3] JM: “El poema del Niágara”, prólogo a El poema del Niágara, de Juan Antonio Pérez Bonalde, segunda edición, Nueva York, 1883, OCEC, t. 8, pp. 144-160.

[4] “Carta a Enrique José Varona, ob. cit., p. 96.

[5] JM: “Carta a Miguel F. Viondi”, Nueva York, 1ro. de diciembre [de 1881], OCEC, t. 13, p. 98.

[6] JM: “Carta a Nicolás Azcárate”, Nueva York, 1ro. de diciembre [de 1881], OCEC, t. 13, p. 100.