[YUGO Y ESTRELLA][1]

Cuando nací, sin sol, mi madre dijo:
—Flor de mi seno, brava criatura,[2]                                        Homagno generoso[3]
De mí y de la Creación suma y reflejo,[4]
Pez que en ave y corcel y hombre se torna,
Mira estas dos, que con dolor te brindo,
Insignias de la vida: ve y escoge.
Este, es un yugo: quien lo acepta, goza:
Hace de manso buey, y como presta
Servicio a los señores, duerme en paja
Caliente, y tiene rica y ancha avena.[5]
Esta, oh misterio que de mí naciste
Cual la cumbre nació de la montaña,
Esta, que alumbra y mata, es una estrella:
Como que riega luz, los pecadores
Cual un monstruo de crímenes cargado,[6]
Huyen de quien la lleva, y en la vida,
Todo el que lleva luz, se queda solo.[7]
Pero el hombre que al buey sin pena imita,
Buey vuelve[8] a ser, y en apagado bruto
La escala universal de nuevo empieza.
El[9] que la estrella sin temor se ciñe,
Como que crea, crece![10]
Cuando al mundo
De su copa el licor vació ya el vivo:
Cuando, para manjar de la sangrienta
Fiesta humana, sacó contento y grave
Su propio corazón: cuando a los vientos
De Norte y Sur virtió su voz sagrada,—
La estrella como un manto, en luz lo envuelve,
Se enciende, como a fiesta, el aire claro, puro[11]
Y el vivo que a vivir no tuvo miedo,
Se oye que un paso más sube en la sombra![12]

—Dame el yugo, oh mi madre, de manera
Que puesto en él de pie, luzca en mi frente
Mejor la estrella que ilumina y mata.[13]

[Mc. en CEM]

Tomado de José Martí: “[Yugo y estrella]”, Versos libres, Obras completas. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2007, t. 14, pp. 142-143.


Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] Mecanuscrito en tinta azul.

Jorge Lozano Ros considera que “[Yugo y estrella]” forma parte también de “la serie de poemas ‘Homagno’ de los Versos libres que consta de cuatro poemas”. A los dos citados suma “[Homagno audaz]”, “un poema en elaboración que tiene cuatro manuscritos” y “La muerte de Homagno”, que aparece en OC, t. 22, pp. 40-41. [“Antorchas encendidas: imagen refulgente de la vigencia martiana”, Martillando, La Habana, abril-junio de 2022, no. 39, p. 2. (N. del E. del sitio web)].

[2] Estas dos palabras y el verso siguiente marcados con una línea en tinta negra.

[3] A continuación del verso, añadidas estas palabras con tinta negra.

[4] Esta variante a continuación.

y del mundo copia /
       suma

[5] Tachados con lápiz los siguientes versos: “Gustan los hombres de gozar: el yugo, / Si miras bien, está en todas las frentes!”.

[6] Este verso y el siguiente se ordenan según una curva en el margen izquierdo, que indica la inversión.

[7] “Determinado a llevar mi vida por donde a mí me parece que va bien, que es por donde se va solo y duele andar, me permitirá Vd. que le diga que estos afectos de la valía y espontaneidad del suyo, son la única recompensa que apetezco y el único alimento que necesito, para tenerme firme en mi vida sencilla, que querría yo hacer tan limpia y majestuosa como uno de sus versos”. (JM: “Carta a Alejandro Magariños Cervantes”, Nueva York, 21 de octubre de 1885, OCEC, t. 23, p. 176).

“El hombre virtuoso debe ser fuerte de ánimo, y no tenerle miedo a la soledad, ni esperar a que los demás le ayuden, porque estará siempre solo: ¡pero con la alegría de obrar bien, que se parece al cielo de la mañana en la claridad!”. (JM: “El padre Las Casas”, La Edad de Oro, Nueva York, septiembre de 1889, La Edad de Oro. Edición facsimilar, ensayo y notas de Maia Barreda Sánchez, La Habana, Centro de Estudios Martianos y Ediciones Boloña, 2013, p. 3, p. 92). (N. del E. del sitio web).

[8] Esta palabra escrita con lápiz en el margen izquierdo del verso. Tachada la versión mecanuscrita: “torna”.

[9] Esta palabra escrita con tinta negra sobre la versión mecanuscrita: “Y el”. La “Y” tachada, y la “E” escrita sobre “e”.

[10] El signo añadido con tinta negra sobre dos puntos mecanuscritos.

[11] Esta palabra añadida con tinta negra a continuación del verso.

[12] El signo añadido con tinta negra sobre un punto mecanuscrito.

[13] Nótese la similitud temática con el pasaje de la crónica “Historia de la caída del Partido Republicano en los Estados Unidos y del ascenso al poder del Partido Demócrata” y del “Prólogo [a Cuentos de hoy y mañana]”, libro de Rafael de Castro Palomino:

Hay dos clases de triunfo: el uno aparente, brillante y temporal: el otro, esencial, invisible y perdurable. La virtud, vencida siempre en apariencia, triunfa permanentemente de este segundo modo. El que la lleva a cuestas, es verdad, tiene que apretarse el corazón con las dos manos para que de puro herido no se le venga al suelo: que tan roto le ponen los hombres el corazón al virtuoso, que si no lo corcose y remienda con la voluntad, saltará deshecho en pedazos más menudos que las gotas de lluvia. Solo en los momentos de agonía suprema, a que conduce a los pueblos fatalmente la prescindencia de la virtud, acuden los hombres con grande homenaje y alabanza a ella, dispuesta siempre a salvar en la hora de tribulación a los que la olvidan, y no bien se ven por la virtud sacados del apremio, la acusan de gazmoña y estorbosa y de importuna y excesiva, y le empiezan a roer los pies, y la derriban. (La Nación, Buenos Aires, 9 y 10 de mayo de 1885, OCEC, t. 22, pp. 58-59).

¿Quién no se ha levantado impetuoso, y retrocedido con desmayo, de ver cuánta barrera cierra el paso a los que sin más caudal que una estrella en la frente y un himno en los labios, quieren lanzarse a encender el amor y a pregonar la redención por toda la tierra? (New York, Imprenta y Librería de N. Ponce de León, 40 y 42 Broadway, 1883, OCEC, t. 17, p. 312). (N. del E. del sitio web).