[VIEJO DE LA BARBA BLANCA][1]

Viejo de la barba blanca
Que contemplándome estás
Desde tu marco de bronce
En mi mesa de pensar:
Ya te escucho, ya te escucho:
Hijo, más, un poco más:
Piensa en mi barba de plata,
Fue del mucho trabajar:
Piensa en mis ojos serenos,
Fue de no ver nunca atrás:
Piensa en el bien de mi muerte
Que lo gané con luchar.
Piensa en el bien de[2]
Que lo gané con penar:[3]
Yo no fui de esos ruines
Viejos turbios, que verás
Hartos de logros impuros
Perecer sin reparar:
Vamos, pues, yo voy contigo
Sé que muriendo vas:
Pero el pensar en la muerte

Ya es ser cobarde! A pensar,
Hijo, en el bien de los hombres,
Que así no te cansarás!
El llanto a la espalda: el llanto
Donde no te vean llorar:
¿Hay tanta lágrima afuera,
Y vienes a darnos más?
Marino que echa agua al barco
Cuando lo ve zozobrar.
Quejarse es un crimen, hijo:
Calla: date ¡un poco más!—
La barba muerta me tiembla,
Hijo, de verte temblar.—
Recojo el cuerpo deshecho,
Cierro los labios amargos.

[Ms. en CEM]

Tomado de José Martí: “[Viejo de la barba blanca]”,[4] Poemas en hojas sueltas, OCEC, t. 16, pp. 199-200.


Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] Manuscrito en tinta negra.

[2] Palabra ininteligible por rotura del manuscrito.

[3] Roto el manuscrito. Se añaden los dos puntos.

[4] Véanse, al respecto, “[Mi padre era español]” y “Poema XLI”, Versos libres y Versos sencillos, OCEC, t. 14, pp. 246 y 346, respectivamente. (N. del E. del sitio web).