Sé de un pintor atrevido Que sale a pintar contento Sobre la tela del viento Y la espuma del olvido.
Yo sé de un pintor gigante, El de divinos colores, Puesto a pintarle las flores A una corbeta mercante.
Yo sé de un pobre pintor Que mira el agua al pintar,— El agua ronca del mar,— Con un entrañable amor.
Tomado de José Martí: Versos sencillos, Nueva York, 1891, Obras completas. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2007, t. 14, p. 329.