Ayer la vi en el salón
De los pintores, y ayer
Detrás de aquella mujer
Se me saltó el corazón.

Sentada en el suelo rudo
Está en el lienzo: dormido
Al pie, el esposo rendido:
Al seno el niño desnudo.

Sobre unas briznas de paja
Se ven mendrugos mondados:
Le cuelga el manto a los lados,
Lo mismo que una mortaja.

No nace en el torvo suelo
Ni una viola, ni una espiga:
Muy lejos, la casa amiga.
Muy triste y oscuro el cielo!…

¡Esa es la hermosa mujer
Que me robó el corazón
En el soberbio salón
De los pintores de ayer![2]

Tomado de José Martí: Versos sencillos, Nueva York, 1891, Obras completas. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2007, t. 14, p. 326.


Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] Véase fragmentos de este poema en “Versos sencillos en Cuadernos de apuntes”, OCEC, t. 14, p. 356.

[2] Véanse de David Leyva González: “¿Qué cuadro de mujer inspiró el poema ‘XXI’ de Versos sencillos?”, Anuario del Centro de Estudios Martianos, no. 39, pp. 134-142 (Notas de un poeta al pie de los cuadros, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2016, pp. 276-286); y de Saulo Antonio Fernández Núñez: “Génesis de un poema eterno (II): el hallazgo del cuadro”, Islas, Universidad Central de Las Villas, abril-junio, 2003, no. 45, pp. 73-79.