En el extraño bazar Del amor, junto a la mar, La perla triste y sin par Le tocó por suerte a Agar.
Agar, de tanto tenerla Al pecho, de tanto verla Agar, llegó a aborrecerla: Majó, tiró al mar la perla.
Y cuando Agar, venenosa De inútil furia, y llorosa, Pidió al mar la perla hermosa, Dijo la mar borrascosa:
“¿Qué hiciste, torpe, qué hiciste De la perla que tuviste? La majaste, me la diste: Yo guardo la perla triste”.[1]
Tomado de José Martí: Versos sencillos, Nueva York, 1891, Obras completas. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2007, t. 14, p. 347.
[1] Nótese la similitud temática con el poema “La perla de la mora”, publicado en agosto de 1889 en La Edad de Oro. [OCEC, t. 15, p. 172. (N. del E. del sitio web)].