Si ves un monte de espumas, Es mi verso lo que ves: Mi verso es un monte, y es Un abanico de plumas.
Mi verso es como un puñal Que por el puño echa flor: Mi verso es un surtidor Que da un agua de coral.
Mi verso es de un verde claro Y de un carmín encendido: Mi verso es un ciervo herido Que busca en el monte amparo.
Mi verso al valiente agrada: Mi verso, breve y sincero, Es del vigor del acero Con que se funde la espada.
Tomado de José Martí: Versos sencillos, Nueva York, 1891, Obras completas. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2007, t. 14, p. 307.