Odio la máscara y vicio
Del corredor de mi hotel:
Me vuelvo al manso bullicio
De mi monte de laurel.
Con los pobres de la tierra[1]
Quiero yo mi suerte echar:
El arroyo de la sierra
Me complace más que el mar.
Denle al vano el oro tierno
Que arde y brilla en el crisol:
A mí denme el bosque eterno
Cuando rompe en él el sol.
Yo he visto el oro hecho tierra
Barbullendo en la redoma:
Prefiero estar en la sierra
Cuando vuela una paloma.
Busca el obispo de España
Pilares para su altar;
¡En mi templo, en la montaña,
El álamo es el pilar![2]
Y la alfombra es puro helecho,
Y los muros abedul,
Y la luz viene del techo,
Del techo de cielo azul.
El obispo, por la noche,
Sale, despacio, a cantar:
Monta, callado, en su coche,
Que es la piña de un pinar.
Las jacas de su carroza
Son dos pájaros azules:
Y canta el aire y retoza,
Y cantan los abedules.
Duermo en mi cama de roca
Mi sueño dulce y profundo:
Roza una abeja mi boca
Y crece en mi cuerpo el mundo.
Brillan las grandes molduras
Al fuego de la mañana,
Que tiñe las colgaduras
De rosa, violeta y grana.
El clarín, solo en el monte,
Canta al primer arrebol:
La gasa del horizonte
Prende, de un aliento, el sol.
¡Díganle al obispo ciego,
Al viejo obispo de España
Que venga, que venga luego,
A mi templo, a la montaña!
Tomado de José Martí: Versos sencillos, Nueva York, 1891, Obras completas. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2007, t. 14, pp. 303-304.
Notas:
Véase Abreviaturas y siglas
[1] Véase, al respecto, el artículo “Los pobres de la tierra”, publicado en Patria, Nueva York, el 24 de octubre de 1894, no. 134, p. 1; OC, t. 3, pp. 303-305. (N. del E. del sitio web).
[2] Escribía Cintio Vitier que “el diluido pasaje de ‘La oración de la tarde’ [de Mendive] que empieza: ‘Alcemos nuestro templo en la montaña / teniendo por techumbre al mismo cielo…’, parece un antecedente de los versos de Martí:
¡En mi templo, en la montaña,
El álamo es el pilar!
Y la alfombra es puro helecho,
Y los muros abedul,
Y la luz viene del techo,
Del techo de cielo azul”.
[“Sexta lección: La interiorización del tono. La obra de Zenea. Significación de Luisa Pérez. Su hermana Julia. Primera caracterización de lo cubano”, Lo cubano en la poesía (1958), en Lo cubano en la poesía. Edición definitiva, prólogo de Abel Prieto, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1998, p. 139. (N. del E. del sitio web)].