MARÍA

Esa que ves, la del amor dormido
En la mirada espléndida y suave,
Es un jazmín de Arabia comprimido
En voz de cielo y en contorno de ave.

     La rubia Adela, en cuya trenza dora
Su rayo el Sol, del brazo de María
Copia es feliz de Rut[1] la espigadora
Ciñendo el talle a la arrogante Lía.[2]

     Caricia—más que acento—su palabra,
Si los jardines de su boca mueve,
Temores da de que sus alas abra
Y al Padre Cielo su alma blanca lleve.

Si en la fiesta teatral—corrido el velo—
Desciende la revuelta escalinata,
Su pie semeja cisne pequeñuelo
Que el seno muestra de luciente plata.

     Sierva si sigue el tenue paso blando
De la bíblica virgen hechicera.
Y leyes dicta, si, la frente alzando,
Echa hacia atrás la negra cabellera.

     Quisiera el bardo, cuando al Sol la mece,
Colgarle al cuello esclavo los amores;
¡Si se yergue de súbito, parece
Que la tierra se va a cubrir de flores!

     ¡Oh! Cada vez que a la mujer hermosa
Con fraternal amor habla el proscripto,
Duerme soñando en la palmera airosa,
Novia del Sol en el ardiente Egipto.

Guatemala, 1877[3]
 

[OC, t. 17, pp. 135-136]

Tomado de José Martí: “María”,[4] Versos de circunstancias, Obras completas. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2007, t. 15, pp. 158-159.


Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] Ruth. Personaje bíblico que da nombre a uno de los libros del Antiguo Testamento, considerado un canto pastoril a la virtud doméstica y a la felicidad. Allí se narra el cariño por su suegra, Noemí; luego de enviudar de un hijo de esta, contrae matrimonio con Booz, que la conoció cuando ella trabajaba en sus campos como espigadora. Fue bisabuela del rey David.

[2] Personaje bíblico. Su padre la dio por esposa a Jacob, quien pretendía a Raquel, la hermana menor, por la que había servido al padre durante siete años. Pero el padre se excusó diciendo que no era costumbre en aquellas tierras dar en matrimonio a las hijas menores antes que a las mayores. Al poseer el don de la fecundidad, del que carecía Raquel, expresó con arrogancia: “Para dicha mía, las mujeres me llamarán dichosa”. (Véase el poema “[A Rut la comparé…]”, que aparece en OCEC, t. 16, p. 234).

[3] Según nota en OC, “Esta composición fue publicada en El Cubano, La Habana, 12 de abril de 1888”.

[4] Véanse, al respecto, los poemas “María” y “[La niña de Guatemala]”, Versos de circunstancias y Versos sencillos, OCEC, tt. 15 y 14, pp. 153-157 y 312-313, respectivamente. (N. del E. del sitio web).