Una mora de Trípoli tenía Una perla rosada, una gran perla: Y la echó con desdén al mar un día: —“¡Siempre la misma! ¡ya me cansa verla!”
Pocos años después, junto a la roca De Trípoli… ¡la gente llora al verla! Así le dice al mar la mora loca: —“¡Oh mar! ¡oh mar! ¡devuélveme mi perla!”[1]
[La Edad de Oro, New York, v. I, no. 2, agosto de 1889, p. 49]
[1] Nótese la similitud temática con el poema XLII de Versos sencillos, publicado en Nueva York en 1891. [OCEC, t. 14, p. 347. (N. del E. del sitio web)].