EXTRANJERO[1]

CORRESPONDENCIA PARTICULAR


DE LA REVISTA UNIVERSAL

Cartas de París[2]

París, 28 de enero de 1875

Señor director de la Revista Universal:

     Más severas que abundantes son las últimas noticias políticas que puedo comunicar a usted.

     Las proposiciones incidentales o secundarias que se presentan a la Cámara, no alcanzan a distraerla de esa otra gran discusión que en sí ha de encerrar los destinos futuros del país.

     La voz segura de Jules Simon, ha demostrado la impotencia de esa tenaz Asamblea, por sus propias fuerzas elevada desde provisional a casi perenne; esto y su próxima disolución fatal ha demostrado. Jules Favre y Bocher han revivido las antiguas discusiones entre los azules y los blancos.[3] Cornelis de Witt,[4] autor de una historia de Washington, y Lockroy han atacado duramente al Ayuntamiento de Marsella.—Pero nada de esto ha absorbido la atención de la Cámara.

     La decisión se acerca: las horas del recogimiento han comenzado, las graves horas de pensar en cuál ha de ser después de ellas la forma de gobierno del país. Y toda atención ha de ser poca, porque es la cuestión de forma de gobierno, cuestión de forma en que todo el fondo está entrañado.

     Bien sería que pudiese conocerse de antemano la disposición de los partidos: así la discusión sería más fácil si fuera aceptada; y si rechazada, se detendría con más facilidad.

     ¿Sobre qué punto presentar su moción el centro izquierdo, solo por cuestiones de redacción y de procedimiento detenido? ¿Qué acogida harán los miembros más liberales del centro derecho a las proposiciones— si no completamente definidas—ya conciliadoras de los republicanos moderados?

     Se trata de dar al fin una Constitución[5] a la Francia. Los pequeños trabajos, las proposiciones que estorban o retraen, nada han de poder enfrente de esta necesidad poderosa del país, en muchos de sus diputados encarnada, de darse al fin una situación determinada, decidida, fija, expresión de su voluntad y de su fuerza.

     Los trabajos de la Comisión de los Treinta nada han de hacer enfrente de las enmiendas republicanas o monárquicas con que estas ideas madres[6] lucharán en el Congreso. Ni estorbarán la proposición Casimiro Périer,—ni cualquiera otra equivalente a ella que al fuego de la discusión se arroje.—

     Se incuba aquí ahora el destino de la Francia: no son extraños, pues, al recogimiento y al silencio, como si todas las ideas se estuviesen concentrando en su fuerza para abrirse y luchar luego en lucha de ambición o de error contra verdad.

     La cercanía de los dos pueblos, la inestabilidad de constitución que los asemeja, las últimas relaciones violentas o por lo menos difíciles entre España y Francia, son causa natural de que la atención de los negocios interiores suela aquí hallar tregua para fijarse en los negocios de la insegura península de España.

    Danse allí prisa extraordinaria por renovar con toda la libertad del sufragio concebible bajo un rey del Ejército[7]—los ayuntamientos y las diputaciones provinciales—como asiento fijo y prometedor del buen éxito para futuras elecciones a Cortes.—Y no habrá temor. Los diputados serán alfonsinos, ahora que el gobierno lo es,—como en un mismo año fueron radicales las Cortes, elegidas bajo Ruiz Zorrilla,—y bajo Martos colocado a espaldas de Ruiz Zorrilla,—y sagastinas conservadoras bajo el bilioso y repugnante gobierno de Sagasta.

     Ya el rey se apresura a enviar a todas las cortes sus importantes autógrafos repletos de adhesión y de amistad,—ya asegura a la reina Victoria que no atacará las libertades civil ni religiosa—promesa perfectamente comenzada a cumplir en su primera parte con la renovación de diputaciones y ayuntamiento:—ya tiene asignados el rey veintiocho millones de reales.—Habilidades, lealtad, y baraturas de la monarquía.

     El Reichstag, en cambio, obra más sólidamente.—Propone la ley del matrimonio civil, la discute concienzudamente, la aprueba al fin.—Discute esto, y establece enseguida la contribución del cinco por ciento sobre las cantidades emitidas por los bancos, que sobresalgan a las que la importante ley sobre bancos—en discusión ahora—ha de fijarles.

     En Inglaterra, las salas públicas se llenan, los meetings se amontonan, los diputados de Hastings[8] son siempre optimistas ante el ejército y armada,—un tanto descuidados, del país,—y Bright, el elocuente y liberal Bright, muestra en un discurso, si largo,—no enojoso—y con su palabra fácil, clara, severa y heridora, los inconvenientes de una religión oficial y ventajas de las religiones independientes.

    Hace Europa silencio, en una solemne gestación. Piensa maduramente en la absoluta independencia religiosa.

     Ha muerto Haffner, artista que pintó con toda la brusca y estimada originalidad de la escuela alsaciana. Sus cuadros eran francos como su carácter: quizá un tanto rebeldes como él.

     También Foucher ha muerto, infatigable creador de comedias de costumbres parisienses.—Sesenta comedias hizo, y de ellas no pocas que valieron.

     De buena gana escribiría a usted más sobre el entusiasmo con que el pueblo romano ha recibido a Garibaldi,—sus palabras conmovidas y prudentes,—y su pensamiento pacífico de promover la siembra y el cultivo de las tierras cercanas a Roma, pero el tiempo—casi nunca justo— no lo quiere.

     Perdone usted esta culpa involuntaria de

El Corresponsal

 

Revista Universal, México, 2 de marzo de 1875.

[Mf. en CEM]

Tomado de José Martí: Obras completas. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2010, t. 3, pp. 15-18.


Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] Este artículo fue publicado por primera vez en el Anuario del Centro de Estudios Martianos, La Habana, 1978, no. 1, pp. 23-25. Está precedido por una breve nota introductoria titulada “¿Una crónica desconocida?” firmada por el CEM. La autoría del texto corresponde a Fina García Marruz, pues en su papelería se encuentra el original mecanuscrito. (N. del E. del sitio web).

[2] El más antiguo artículo hasta ahora conocido de Martí en la Revista Universal, “Variedades de París”, apareció el 7 [9] de marzo de 1875. Pero en la sección “Ecos de todas partes”, del mismo número, con el título de “Colaboración”, hay una nota donde se presenta “un joven cubano que tiene parte como colaborador desde hace algunos días en la Revista”. Esta información permitió identificar la crónica “Cartas de París” —firmada por El corresponsal, con la fecha supuesta de 28 de enero, y publicada en la Revista el 2 de marzo—, como escrita por Martí. Este trabajo presenta rasgos característicos de su estilo y expone ideas que, casi con las mismas palabras, desarrolló en otras ocasiones. Era frecuente en la época que escritores bien informados acerca de la política interna de un país extranjero, realizaran corresponsalías supuestamente escritas desde allí, con el fin de aumentar el prestigio de las publicaciones. Esta crónica, que aparece como enviada desde París, no había sido incluida en ninguna edición de sus Obras completas.

[3] Alude a la división central de Francia en la época de la Revolución Francesa: los Azules (republicanos) contra los Blancos (realistas, alto clero y la contrarrevolución). En los debates en torno a una nueva Constitución en Francia, Favre defendía la república frente al monarquismo de Bocher.

[4] Errata en la Revista Universal. Es obvio que no se trata del político holandés Cornellis de Witt (1623-1672), sino del francés Henri-Corneille Witt.

[5] Constitución de 1875. Aprobada en febrero de ese año por la Asamblea Nacional, con fuerte oposición de los monárquicos legitimistas y orleanistas, tenía un carácter presidencialista y creaba un Senado y una Cámara de Diputados.

[6] La expresión “ideas madres”, si bien no solo es privativa de Martí, sí aparece en otros textos escritos por él: “Antonio Bachiller y Morales”, El Avisador Hispanoamericano, Nueva York, 24 de enero de 1889, en Antonio Bachiller y Morales. Edición crítica, introducción y notas de Marlene Vázquez Pérez, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2012, pp. 34-35 (OC, t. 5, p. 151); y “Discurso en honor de Bolívar”, Sociedad Literaria Hispanoamericana, Nueva York, 28 de octubre de 1893, De la historia a las letras: Bolívar por Martí. Antología crítica, introducción, selección y notas de Lourdes Ocampo Andina, La Habana, Centro de Estudios Martianos y Ediciones Boloña, 2012, p. 112 (OC, t. 8, p. 247). Con un valor semántico más o menos equivalente encontramos otras expresiones en su obra como “ideas gérmenes”, “palabras madres”, “idea de ideas” y “síntesis de gérmenes”. (N. del E. del sitio web).

[7] Alude a la proclamación de Alfonso XII como rey de España, a consecuencia del golpe de estado contra la República encabezado en Sagunto por el general Arsenio Martínez Campos, en diciembre de 1874.

[8] Ciudad en Sussex, Inglaterra.