A RAMÓN RIVERO RIVERO
[Nueva York, 30 de enero de 1895][1]
Mi muy querido Ramón:
La presencia ahí de Gonzalo de Quesada, la brusca interrupción de mi viaje a la Florida y mi viaje a otra parte, son la carta más expresiva que le pueda yo enviar, y la respuesta a sus últimas de Vd. muy elocuentes y leales. ¿A qué ha de ir ahí, en días tan ocupados, el generoso Gonzalo? A que se adivine, como ya será ahí adivinada, la justicia y necesidad—la solemne urgencia hoy—de reparar lo perdido, sin demora, frente a un país que nos ama y espera con más fe hoy que nunca. A que Vds. hallen modo, en hechos y en palabras, de que en Cuba, enseguida, se vea cómo sienten hoy, y con qué fuego después de los sucesos últimos, las emigraciones. Poco diré, no diré más. Yo no ando por aquí, sino lejos. Yo no puedo errar. Debo arrollar y convencer por donde quiera que pase. Yo no puedo esperar. Cuba no puede. Gonzalo y Vds. serán enseguida mi solo corazón, y se habrá hecho una grandeza más.
Y por el periódico[2] un abrazo de hombre. De Adelaida me acuerdo con cariño, en esta prisa enorme, y de los buenos. No pondré nombres, para poder decirles adiós. Hoy más que nunca es la hora de poner todo nuestro espíritu, cordial e impetuoso, en la obra que empezamos juntos, y hoy me lleva ya detrás de sí. Por donde quiera que vaya, y como quiera que acabe, siempre se acordará con ternura del magnífico Ramón,
Su
OC, t. 3, p. 161.
Tomado de José Martí: Epistolario, compilación, ordenación cronológica y notas de Luis García Pascual y Enrique H. Moreno Plá; prólogo de Juan Marinello, La Habana, Centro de Estudios Martianos y Editorial de Ciencias Sociales, 1993, t. V, p. 44.
Notas:
Véase Abreviaturas y siglas
[1] Consideramos que fue erróneo publicar esta carta con fecha del 1o de mayo de 1894. Por la nota que Martí dirige a Tomás Estrada Palma, el 30 de enero de 1895 (EJM, t. V, p. 51), sabemos que la noche anterior había decidido partir de Nueva York.“Noticias terminantes de anoche compelen mi salida ahora mismo a Santo Domingo”, por lo que durante el día redacta varias cartas de despedida en las que deja recomendaciones finales, y en particular solicita que reciban y atiendan a Gonzalo de Quesada, quien viajaría de inmediato hacia Tampa y Cayo Hueso para cumplir una tarea de la Delegación. Por ello, los telegramas y demás textos en los que menciona esta visita —la primera del joven secretario a la Florida—corresponden a la fecha señalada, 30 de enero.
[2] Véase JM: “Cuba, el periódico nuevo”, Patria, Nueva York, 21 de enero de 1893, no. 46, p. 2. (No aparece en la edición de las Obras completas).