A NUESTRA PRENSA

Jamás reposó, en Cuba ni afuera, ni en Puerto Rico reposó jamás, el espíritu que con el principio del siglo comenzó a batallar por la independencia antillana. Jamás han faltado al ideal de la independencia mantenedores dignos de él. Y es deber nuestro saludar, como compañeros de marcha, a nuestros periódicos constantes.

     Una es la prensa, y mayor su libertad, cuando en la república segura se contiende, sin más escudo que ella, por defender las libertades de los que las invocan para violarlas, de los que hacen de ellas mercancía, y de los que las persiguen como enemigas de sus privilegios y de su autoridad. Pero la prensa es otra cuando se tiene en frente el enemigo. Entonces, en voz baja, se pasa la señal. Lo que el enemigo ha de oír, no es más que la voz de ataque.

     Eso es Patria en la prensa. Es un soldado. Para el adversario mismo será parco de respuestas, y en vano se le querrá atraer a escaramuzas inútiles porque cada línea de los periódicos de la libertad es indispensable para fundarla: aún el adversario hallará en nosotros más bálsamo que acero. El arma es para herir, y la palabra para curar las heridas. Pero en nuestro campo no reconocemos adversario. Nuestra virtud nos escuda, y nos envolvemos en ella.

     Esta es, pues, nuestra mano, para la tarea común. Cuanto nos refina, y nos enseñe reunidos, eso es nuestro. Cuanto nos enseñe con menos fuerza de la que tenemos en la realidad, cuanto nos muestre entretenidos en el camino, mientras el enemigo refuerza sus trincheras, eso no es nuestro. Preferimos allegar las fuerzas con que hemos de sacar de sus trincheras al enemigo.

     Con cariño de hermano, y con el respeto con que se han de mover en esta hora solemne de creación las cosas públicas, nos ponemos al lado de los periódicos que mantienen con tesón indómito, y con sacrificio y desinterés, la independencia de la patria.

[José Martí]

Patria, Nueva York, 14 de marzo de 1892, no. 1, p. 2; OC, t. 1, pp. 322-323.

Véase Abreviaturas y siglas