Como taza en que hierve De transparente vino En doradas burbujas El generoso espíritu;
Como inquieto mar joven Del cauce nuevo henchido Rebosa, y por las playas Bulle y muere tranquilo;
Como manada alegre De bellos potros vivos Que en la mañana clara Muestran su regocijo, Ora en carreras locas, O en sonoros relinchos, O sacudiendo al[2] aire El crinaje magnífico;—
Así mis pensamientos Rebosan en mí vívidos, Y en crespa espuma de oro Besan tus pies sumisos, O en fúlgidos penachos De varios tintes ricos, Se mecen y se inclinan Cuando tú pasas—hijo!
Tomado de José Martí: “Penachos vívidos”, Ismaelillo, Nueva York, 1882, Obras completas. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2007, t. 14, p. 31.