Los persas tienen Un rey sombrío; Los hunos foscos Un rey altivo; Un rey ameno Tienen los íberos; Rey tiene el hombre, Rey amarillo: ¡Mal van los hombres Con su dominio! Mas yo vasallo De otro rey vivo,— Un rey desnudo, Blanco y rollizo: Su cetro— un beso! Mi premio— un mimo! Oh! cual los áureos Reyes divinos De tierras muertas, De pueblos idos —¡Cuando te vayas, Llévame, hijo!— Toca en mi frente Tu cetro omnímodo; Úngeme siervo, Siervo sumiso: ¡No he de cansarme De verme ungido! ¡Lealtad te juro, Mi reyecillo! Sea mi espalda Pavés de mi hijo: Pasa en mis hombros El mar sombrío: Muera al ponerte En tierra vivo:— Mas si amar piensas El amarillo Rey de los hombres, ¡Muere conmigo! ¿Vivir impuro? ¡No vivas, hijo!
Tomado de José Martí: “Mi reyecillo”, Ismaelillo, Nueva York, 1882, Obras completas. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2007, t. 14, pp. 29-30.