MI REYECILLO[1]

Los persas tienen
Un rey sombrío;
Los hunos foscos
Un rey altivo;
Un rey ameno
Tienen los íberos;
Rey tiene el hombre,
Rey amarillo:
¡Mal van los hombres
Con su dominio!
Mas yo vasallo
De otro rey vivo,—
Un rey desnudo,
Blanco y rollizo:
Su cetro— un beso!
Mi premio— un mimo!
Oh! cual los áureos
Reyes divinos
De tierras muertas,
De pueblos idos
—¡Cuando te vayas,
Llévame, hijo!—
Toca en mi frente
Tu cetro omnímodo;
Úngeme siervo,
Siervo sumiso:
¡No he de cansarme
De verme ungido!
¡Lealtad te juro,
Mi reyecillo!
Sea mi espalda
Pavés de mi hijo:
Pasa en mis hombros
El mar sombrío:
Muera al ponerte
En tierra vivo:—
Mas si amar piensas
El amarillo
Rey de los hombres,
¡Muere conmigo!
¿Vivir impuro?
¡No vivas, hijo!

Tomado de José Martí: “Mi reyecillo”, Ismaelillo, Nueva York, 1882, Obras completas. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2007, t. 14, pp. 29-30.


Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] Véase la versión de este poema en “Cuaderno de Ismaelillo”, OCEC, t. 14, pp. 61-62.