[Nueva York, diciembre de 1889]^[1]

Mi muy querido Gonzalo:

     ¿Por qué no me ha querido escribir? ¿Ni decirme si me da el gusto de volver a verlo en la semana festival?

     Le pongo estas líneas de prisa porque acabo de descubrir, por la vigilante María, el paquete de folletos que di a su desmemoriado hermano, el primer paquete pa. q. lo enviase a Vd.: el de los folletos. Lo de Franklin: haz tú mismo lo que quieras hacer de veras,—y lo que no quieras que se haga, dáselo a hacer a otro.

     Sepa, mi buen Gonzalo,—que el periódico,^[2] a lo seguro, adelanta. Nos cuesta $20 menos, y tenemos $10 más: Aquí de unos malos versos míos:

“¡Siempre tan pobre el decoro,
Siempre mi fortuna escasa!”^[3]

     De otras cosas no le hablo, porque no me diga curioso. ¡Qué manera tan fina de aislar y de perseguir! Pero tengo más fe ya, por esto y por aquello, en la prudencia y decoro de nuestros países. A tiempo, Gonzalo, y con dignidad irrefutable, haremos lo que debemos.

     Sabe cuán tiernamente lo quiere

su

José Martí

[OC, t. 6, p. 124. Cotejada con el manuscrito original].

Tomado de José Martí: Epistolario, compilación, ordenación cronológica y notas de Luis García Pascual y Enrique H. Moreno Plá; prólogo de Juan Marinello, La Habana, Centro de Estudios Martianos y Editorial de Ciencias Sociales, 1993, t. II, p. 166.