EL HIMNO DE FIGUEREDO, Y EL ACOMPAÑAMIENTO
DE AGRAMONTE
Patria publica hoy,[1] para que lo entonen todos los labios y lo guarden todos los hogares; para que corran de pena y de amor, las lágrimas de los que lo oyeron en el combate sublime por primera vez; para que espolee la sangre en las venas juveniles, el himno a cuyos acordes, en la hora más bella y solemne de nuestra patria, se alzó el decoro dormido en el pecho de los hombres. ¡Todavía se tiembla de escuchar aquella escena maravillosa! Con cariño reverente envía a Patria el himno desde el Cayo uno de los héroes de aquellos días cuya beldad se procurará imitar en vano; uno de los caballeros de la independencia, que se fue del país cuando la libertad se oscureció en él, y no volverá al país sino cuando la libertad vuelva a brillar; un padre que tiene ocho hijos, y a los ocho les ha enseñado el himno; un cubano que crece cuando recuerda los años sagrados, y cuando vislumbra en el porvenir los que le van a suceder; un coronel que lleva todavía el mundo en los ojos, y escribe con la pluma rápida y brillante de las batallas: Fernando Figueredo.
El acompañamiento del himno es de uno de los pocos que tuviesen derecho a poner mano en él, de nuestro maestro Emilio Agramonte, cuya alma fervorosa nunca se conmueve tanto como cuando recuerda aquellos días de sacrificio y de gloria en que las mujeres de su casa daban sus joyas al tesoro de la guerra, en que los jóvenes de la casa salían, cuatro veces seguidas, a morir. ¡No han de ponerse las cosas santas en manos indignas! Ni quiso el maestro ilustre hacer gala de arte en la composición; sino de respeto al himno arrebatador y sencillo. ¡Oigámoslo de pie, y con las cabezas descubiertas![2]
Patria, Nueva York, 25 de junio de 1892, no. 16, p. 3. (No aparece en la edición de las Obras completas).
Notas:
Véase Abreviaturas y siglas
[1] En el periódico Patria aparece publicada en la página 2 la partitura del Himno nacional bajo el título “La Bayamesa”. Una línea más abajo: “Himno Revolucionario Cubano. De Pedro Figueredo”. La imagen ilustra el artículo homónimo a la firma de “Un Veterano”.
[2] Véase Eusebio Leal Spengler: “La Bayamesa: un canto al decoro”, Cuba, prendida del alma, La Habana, Ediciones Boloña, 2018, pp. 151-155.

