Gonzalo Castañón Escarano(1834-1870)

Periodista español. Licenciado en Derecho civil y canónico en la Universidad de Oviedo, llegó a La Habana, el 8 de mayo de 1866. Fue secretario del gobierno de Puerto Príncipe hasta septiembre de 1868. Después comenzó a trabajar en el Banco Español de La Habana. Fue coronel de los Cuerpos de Voluntarios, propietario y director del periódico habanero La Voz de Cuba, fundado por él en diciembre de 1868,[1] desde el cual defendió los intereses coloniales y atacó ferozmente la causa cubana. Castañón llegó a proponer el exterminio total de los cubanos separatistas para repoblar la isla con españoles, y calificó de prostitutas a las mujeres cubanas en la emigración, lo cual motivó una enérgica respuesta del director de El Republicano, de Cayo Hueso, quién le recordaba al furibundo integrista, entre otras cosas, cómo lo habían abofeteado en Puerto Príncipe cuando era secretario del gobierno en aquella localidad.

     Herido moralmente en lo más profundo de su ser, halló el pretexto esperado desde mucho tiempo atrás para retar a alguien a un duelo, al que pretendía dar un marcado matiz político y, de paso, remozar su popularidad y aumentar las ventas —en baja— de su periódico. Alentado por miembros del Cuerpo de Voluntarios y del aristocrático Casino Español de La Habana, Castañón, altanero y vengativo, con gran aparato y teatralidad, se embarcó para el Cayo, acompañado de su médico personal y dos amigos más, a pedir cuentas a Juan María Reyes, Nito, el anciano director de El Republicano, al que intentó humillar públicamente. Sin embargo, contrario a lo que esperaba, varios emigrados cubanos le aceptaron abiertamente el desafío.[2] Según Gerardo Castellanos García,[3] Castañón simuló aceptar el duelo de Mateo Orozco, un valiente y hermético vendedor de pan, pues se disponía a abandonar, furtivamente, el Cayo. El 31 de enero de 1870, Orozco al tanto de la cobarde huida, acude con un amigo al Russell House a pedirle explicaciones. Tiene lugar allí un acalorado intercambio de palabras, Castañón agrede físicamente al joven patriota cubano cuando ya este estaba en la calle y busca rápidamente refugio en el hotel. Se produce entonces un breve intercambio de disparos y cae herido de muerte alcanzado por dos proyectiles. Mateo Orozco es escondido por los suyos, para protegerlo de las autoridades norteamericanas, mientras preparaban su salida rumbo a Nassau, Bahamas.

     Los fanáticos integristas y los voluntarios que habían hecho de Castañón su mentor y su ídolo, que lo esperaban a su regreso como un héroe victorioso, recibieron en su lugar un cadáver conservado en hielo. A partir de ese momento se le llamó entre sus adeptos “el mártir de Cayo Hueso”, se calificó su muerte de “vil y alevoso asesinato”, y el nicho 478 donde se depositaron sus restos en el cementerio de Espada, el 2 de febrero de 1870,[4] se constituyó en el santo sepulcro, el santuario simbólico e inviolable de los fanáticos del más feroz integrismo español.[5]

     La acusación de que varios estudiantes de Medicina habían profanado su tumba sirvió de pretexto al Cuerpo de Voluntarios para fusilar a ocho de ellos, el 27 de noviembre de 1871.

[Tomado de OCEC, tt. 1 y 25, pp. 183 y 414, respectivamente. (Nota modificada por el E. del sitio web)].[6]

Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] La Voz de Cuba existió hasta 1888.

[2] Luis Felipe LeRoy y Gálvez: “Análisis en 1974 del 27 de noviembre de 1871”, Dos conferencias sobre el 27 de noviembre de 1871, La Habana, Universidad de La Habana, Centro de Información Científica y Técnica, 1975, p. 21.

[3] Gerardo Castellanos García: “El asunto Castañón”, Misión a Cuba. Cayo Hueso y Martí, La Habana, Centros de Estudios Martianos, 2009, pp. 40-41.

[4] Esa noche del 2 de febrero de 1870 se desbordaron los instintos criminales de los Voluntarios de La Habana. La prensa capitalina, naturalmente, silenció sus desmanes, pero como contrapartida, los corresponsales cubanos daban relación circunstanciada de los hechos a los periódicos que se publicaban en los Estados Unidos. (Luis F. LeRoy y Gálvez: A cien años del 71: El fusilamiento de los estudiantes, La Habana, Instituto Cubano del Libro, Editorial de Ciencias Sociales, 1971, p. 72).

[5] Luis F. Le Roy y Gálvez: “Análisis en 1974 del 27 de noviembre de 1871”, ob. cit., pp. 21-22; y La inocencia de los estudiantes fusilados en 1871, La Habana, Universidad de La Habana, Centro de Información Científica y Técnica, 1971, p. 14.

[6] Véanse Juan Ignacio de Armas: Combate de Russell House o Muerte de Castañón, por un cubano, Nassau, 17 de febrero de 1870; y Luis F. LeRoy y Gálvez: “La muerte de Castañón, raíz de los sucesos de noviembre de 1871”, Revista de la Biblioteca Nacional José Martí, La Habana, mayo-agosto de 1970, no. 2; y “Gonzalo Castañón”, A cien años del 71: El fusilamiento de los estudiantes, ob. cit., capítulo II, pp. 55-81.