Francisco De Paula González Vigil (1792-1875)

Escritor y sacerdote peruano. Nació en Tacna y murió en Lima. Estudió en el Seminario de San Jerónimo, de Arequipa. Se graduó de doctor en teología en la Universidad de San Antonio Abad, Cuzco, en 1812. Su ordenación sacerdotal se efectuó en 1818. Fue profesor de gramática, filosofía, matemática y teología. Elegido diputado en 1826, se trasladó a Lima y se opuso tenazmente a los poderes ejercidos por Bolívar y a la Constitución que este deseaba para el país.

     Poco después fue nombrado rector del Colegio de la Independencia. Concurrió a las deliberaciones del Congreso Constituyente de 1827 e intervino activamente en la dilucidación de los problemas doctrinarios suscitados por las estipulaciones de la nueva carta política. Viajó a Chile por motivos de salud, y regresó a Tacna en 1830. Asistió a las asambleas legislativas de 1832 y 1833-1834. En la primera de ellas acusó al presidente de la república, Agustín Gamarra, de haber violado las garantías constitucionales.

     En 1839 se opuso a la pretensión gubernamental de reducir a Tacna a la condición de provincia, por lo que fue desterrado. Regresó al país poco después, pero se mantuvo alejado de las actividades políticas hasta 1845. Se negó a aceptar los cargos de deán de la Catedral de Trujillo y el arzobispado. Fue objeto de sucesivas bulas condenatorias a causa de su defensa de la autoridad de los gobiernos frente a las pretensiones del papado, a pesar de lo cual el pueblo de Tacna lo eligió su representante a las legislaturas de 1851 y 1853, así como a la Convención Nacional de 1855. Abordó en sus opúsculos algunas de las cuestiones que más inquietaban a los hombres de pensamiento de su país: la paz perpetua, la guerra, la soberanía nacional, la organización y las funciones del gobierno republicano, la superación del individualismo, la educación general del pueblo mediante la participación razonada de la mujer y el clero, la tolerancia y libertad de cultos, el matrimonio y el divorcio, la pena de muerte.

     Fue director de la Biblioteca Nacional de Perú, y colaboró en diversas publicaciones, entre ellas El Correo del Perú y El Constitucional, periódico limeño del cual fue redactor. Algunos de sus escritos fueron incluidos por la Iglesia en su índice de obras prohibidas. Fue autor, entre otros libros, de: Defensa de la autoridad de los gobiernos contra las pretensiones de la curia romana (seis volúmenes, 1848-1849); Defensa de la autoridad de los obispos contra las pretensiones de la Curia romana (cuatro volúmenes, 1856); Catecismo patriótico (1858); Los jesuitas presentados en cuadros históricos (cuatro volúmenes, 1863), y opúsculos sociales y políticos.—Con motivo de su muerte, José Martí le dedicó un elogioso artículo en la Revista Universal, el 26 de agosto de 1875.

(Tomado de OCEC, t. 2, pp. 327-328).