
Libro confeccionado artesanalmente en los talleres de la Ballena Codorniz.
Tamaño aproximado: 22x30cm
Ilustraciones, edición, diseño, maquetación, y
viñetas hechas a mano, a cargo de
José Adrián Vitier
Grabado de la tela de cubierta:
Nara Miranda
No sabes de qué lejos he llegado
a morirme y a estar entre vosotros
y hasta qué punto he sido desterrado
de la mágica tela de los otros.
No sabes cómo llevo ya calados
los huesos de la lluvia en que me arrojo,
hasta dónde tu voz he traicionado,
hoja que caes del árbol de mis ojos.
No sabes de qué lejos he venido
a la mesa y al pan de mis hermanos
de mí serenamente desprendidos.
Y cómo escucho su rumor lejano
que no sé si he ganado o si he perdido,
que no sé si he ganado o si he perdido.


Fina García Marruz, oficialmente llamada Josefina Consuelo García-Marruz Badía, nació el 28 de abril de 1923 en La Habana, la hija menor de Sergio García Marruz, ginecólogo, y Josefina Badía, pianista que llenaría de música la casa familiar. La música fue para Fina la primera poesía, hasta que a los trece años descubrió a Juan Ramón Jiménez, en un libro amarillo titulado Canción, regalo de su padre. También por encargo de su padre, al cumplir Fina los quince, el pintor cubano Fidelio Ponce —tan grande como desconocido, por entonces— pintó su retrato. En 1947, tras largo noviazgo, Fina se casó con el poeta Cintio Vitier. Luego de casi toda una vida juntos, Cintio compuso un poema inspirado en aquel cuadro misterioso que había estado siempre en la casa. Cuadro y poema parecen abarcar pasado y futuro, esencias y cicatrices, cifrando y descifrando con músicas y sombras. El poema se titula «El retrato», porque lo es de veras. Ninguna reseña podría decir mejor cómo era la joven que escribió estos textos cuya belleza nos arrasa una y otra vez, y nos deja sin palabras.