Fermín Valdés-Domínguez Quintanó (1853-1910)

Médico y patriota cubano. Nació en La Habana el 10 de julio de 1853. Sus padres fueron José Mariano Domínguez Salvajauregui, presbítero guatemalteco que ofició por años en La Habana, donde tuvo lugar su de­ceso el 6 de diciembre de 1878, a los 93 años de edad;[1] y Mercedes Quintanó Brenes, nacida en Camagüey el 19 de septiembre de 1815, y fallecida en La Habana el 2 de marzo de 1888, a los 74 años de edad. Oficialmente era hijo de la Real Casa de Maternidad de La Habana, lo que explica la presencia del apellido Valdés.

     Su amistad con José Martí comenzó cuando ambos eran niños[2] en el colegio San Anacleto de Rafael Sixto Casado. La relación fraternal se consolidó en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana y en colegio San Pablo como discípulos de Rafael María de Mendive. En 1869 publicó el único número del periódico El Diablo Cojuelo, donde colaboró Martí.

     El 4 de octubre de 1869 fue detenido en su domicilio, junto con su hermano Eusebio y dos amigos más, acusados de haberse burlado de unos voluntarios que desfilaban en una parada militar. Seis meses después, el 4 de marzo de 1870 fue procesado por infidencia y condenado a seis meses de cárcel en la fortaleza de la Cabaña.

     El 28 de octubre de 1870 concluyó sus estudios de Bachiller en Artes del Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. En junio de 1871 aprobó el curso preliminar para estudiar Medicina y el 19 de octubre matriculó el primer año de la carrera.

     Fue detenido y juzgado en el proceso que culminó con el fusilamiento, el 27 de noviembre de 1871, de ocho estudiantes de Medicina, y condenado a seis años de prisión, pero en 1872 un indulto del rey Amadeo I de Saboya, concedido para acallar el repudio universal que aquel crimen provocó, puso en libertad a todos los estudiantes sancionados en dicha causa. El 30 de mayo de 1872, Valdés-Domínguez zarpó rumbo a España, donde se reunió con Martí y continuó su carrera de modo muy irregular en las universidades de Madrid, de Zaragoza y de Valladolid. De su estancia en Madrid y Zaragoza —junto con José Martí— dejó escritos sus recuerdos, principalmente en su opúsculo “Ofrenda de hermano”.[3]

     En 1873 publicó en Madrid su libro, Los Voluntarios de La Habana en el acontecimiento de los estudiantes de medicina, por uno de ellos condenado a seis años de prisión, donde demostró la inocencia de sus compañeros y la culpabilidad de los Voluntarios de La Habana en su condena y ejecución. Esta obra, que ampliada y corregida en sucesivas ediciones ha aparecido con el título de El 27 de noviembre de 1871 —excepto la de 1942— lo consagró como reivindicador de aquellos mártires del despotismo colonial.[4]

     El 26 de noviembre de 1875 obtiene el grado de Licenciado en medicina y cirugía en la Universidad Central de Madrid. El 2 de enero de 1876 regresa a La Habana. El 25 de febrero del propio año contrajo matrimonio con María Consuelo Quintanó Ramos. Tuvieron una hija, Consuelo Amparo de las Mercedes, que nació el 11 de noviembre de 1878. Falleció diez meses después, el 26 de septiembre de 1879.

     En la isla desarrolló una activa vida política e intelectual. Fundó el periódico El Cubano, colaboró en El Triunfo y otras publicaciones de la época, y organizó tertulias literarias en su casa a la que asistían diversas personalidades, entre ellas Martí, quien leyó allí su drama Adúltera,[5] el 18 de febrero de 1877, durante una corta residencia clandestina en La Habana.

     Desde finales de 1888, se trasladó a la provincia de Oriente, donde se dedicó al estudio de la fiebre amarilla y de la flora y la fauna de la región de Baracoa.[6]

     Viajó a Venezuela y posteriormente a Nueva York, donde colaboró en el periódico Patria, fundado y dirigido por Martí, quien lo envió después a la Florida para desarrollar una amplia campaña a favor de la revolución. Trabajó como médico en Cayo Hueso hasta 1895, año en que, al estallar la guerra el 24 de febrero, volvió a Cuba como miembro de la expedición de Carlos Roloff y Serafín Sánchez. Organizó el Cuerpo de Sanidad Militar; asistió a la Asamblea Constituyente de Jimaguayú como representante por Camagüey, y redactó la ley que establecía los distintos cargos del gobierno. Fue subsecretario de Relaciones Exteriores de la República en Armas y jefe del despacho del general Máximo Gómez. Alcanzó el grado de coronel del Ejército Libertador.

     El 26 de diciembre de 1898, se casó de nuevo en Tampa, con Asunción Castillo y Camus, Asunta, hija de un patriota emigrado en los Estados Unidos. No tuvieron descendencia. Asunta falleció en La Habana, el 16 de octubre de 1934.

     En la República, Fermín Valdés-Domínguez no gozó de prebendas, ni desempeñó oficios lucrativos. Ejerció modestamente su profesión de médico hasta su muerte en La Habana, el 13 de junio de 1910.[7] Desde el 7 de julio del propio año sus restos mortales descansan en el Mausoleo de los Estudiantes en el Cementerio de Colón.

     José Antonio Portuondo se ha referido a sus ideas socialistas como semejantes a las de Diego Vicente Tejera, en el ensayo “Ideología del Partido Revolucionario Cubano” (Homenaje a Martí en el cincuentenario del Partido Revolucionario Cubano, Municipio de La Habana, 1942). Su Diario de soldado fue parcialmente publicado en La Habana, en 1972.

     Al “hombre sin tacha y sin mentira”,[8] “el sublime vengador sin ira”,[9] “que con hazaña más duradera que la vida, arrancó a los matadores la confesión del crimen y el respeto a las víctimas sacrificadas”[10] y “es ya, más que hombre, página de nuestra historia”,[11] Martí le consagró varios artículos: “Desde New York. Fermín Valdés Domínguez” (La Lucha, La Habana, 9 de abril de 1887, OCEC, t. 25, pp. 240-242); El 27 de noviembre de 1871. Fermín V. Domínguez” (El Economista Americano, Nueva York, agosto de 1887, OCEC, t. 26, pp. 144-145); “Fermín Valdés Domínguez” (Patria, 3 de febrero de 1894, no. 97, pp. 1-2; OC, t. 4, pp. 469-470); “La reunión de bienvenida a Fermín Valdés Domínguez” (Patria, Nueva York, 21 de febrero de 1894, no. 100, p. 1); y “En Filadelfia. En honor de Valdés Domínguez” (Patria, Nueva York, 5 de abril de 1894, no. 106, p. 2); más dos breves notas periodísticas: “Camino de Key West” (Patria, Nueva York, 5 de abril de 1894, no. 106, p. 2) y “Fermín Valdés Domínguez” (Patria, Nueva York, 17 de abril de 1894, no. 108, p. 3). El 24 de febrero del mismo año, Martí pronunció, en el salón Jaeger’s, de Nueva York, un discurso en honor suyo.

     Se conservan solamente tres cartas de las enviadas por Fermín a su “queridísimo Martí”,[12] y 19[13] de las que Martí le escribió a su amigo “entrañable”.

[Tomado de OCEC, t. 1, pp. 293-294. (Nota biográfica modificada por el E. del sitio web. Fuente: Luis F. Le Roy y Gálvez: A cien años del 71: El fusilamiento de los estudiantes, La Habana, Instituto Cubano del Libro, Editorial de Ciencias Sociales, 1971, pp. 291-296; y EM, p. 255)].

Otros textos relacionados con Fermín Valdés-Domínguez:

  • Eduardo Yero: “Poema del dolor”, en Fermín Valdés-Domínguez: El 27 de noviembre de 1871, 3ra ed., Santiago de Cuba, Imprenta de Juan E. Ravelo, 1890, pp. 11-14.
  • Antonio Zambrana: “Valdés Domínguez”, El Cubano, La Habana, mayo de 1887; Fermín Valdés-Domínguez: El 27 de noviembre de 1871, 3ra, Santiago de Cuba, Imprenta de Juan E. Ravelo, 1890, pp. 20-22.
  • Enrique José Varona: “El libro del Sr. Valdés Domínguez”, Revista Cubana, La Habana, abril de 1887; Fermín Valdés-Domínguez: El 27 de noviembre de 1871, 3ra, Santiago de Cuba, Imprenta de Juan E. Ravelo, 1890, pp. 23-24.
  • José Ignacio Rodríguez: “Carta a Fermín Valdés-Domínguez”, Washington, D. C., 14 de abril de 1887, en Fermín Valdés-Domínguez: El 27 de noviembre de 1871, Santiago de Cuba, 1890, pp. 240-244.
  • Nicolás Heredia: “Discurso en honor de Fermín Valdés-Domínguez”, en Fermín Valdés-Domínguez: El 27 de noviembre de 1871, Santiago de Cuba, 1890, pp. 262-265.
  • “En honor de Valdés Domínguez” (s/a), Patria, Nueva York, 2 de marzo de 1894, no. 101, p. 2.
  • Tomás Estrada Palma: “Discurso en honor de Fermín Valdés-Domínguez”, Patria, Nueva York, 2 de marzo de 1894, no. 101, p. 2.
  • Luis F. Leroy y Gálvez: “Martí, Valdés-Domínguez y el 27 de noviembre de 1871” (conferencia en la Fragua Martiana, 27 de noviembre de 1969), Anuario Martiano, La Habana, Sala Martí de la Biblioteca Nacional, 1970, no. 2, pp. 449-477.
  • Fernando Portuondo del Prado: “Preámbulo” al libro El 27 de noviembre de 1871 de Fermín-Valdés Domínguez, 8va ed., reproducción tercera, notas de Luis Felipe LeRoy y Gálvez, Universidad de La Habana, 1969, pp. 1-3.
  • Rafael O. Pedraza: “Fermín Valdés Domínguez”, Centenario del fusilamiento de los estudiantes de Medicina, La Habana, Academia de Ciencias de Cuba, Serie histórica no. 24, 1973, pp. 9-14.
  • Luis F. Leroy y Gálvez: “Martí, Baliño y Fermín Valdés Domínguez en San Alejandro”, Anuario Martiano, Sala Martí de la Biblioteca Nacional, La Habana, 1976, no. 6, pp. 151-168.
  • Aida Mesa Martínez: “Fermín Valdés Domínguez”, Bohemia, La Habana, 14 de julio de 1978.
  • Carlos del Toro: “Fermín Valdés Domínguez: martiano y antimperialista”, Granma, La Habana, 14 de junio de 1980.
  • José A. Benítez: “Martí y Fermín Valdés Domínguez”, Granma, La Habana, 23 de febrero de 1984.
  • Salvador Morales: “Fermín: con su propia luz”, Granma, La Habana, 15 de julio de 1988.
  • Luis García Pascual: “Martí y los hermanos Valdés Domínguez. Aclarando distorsiones”, El Caimán Barbudo, La Habana, enero-febrero de 2007, p. 5.
  • José Sánchez Guerra: “Fermín Valdés: el delegado de Martí en Baracoa”, Honda, La Habana, no. 32, 2011.
  • Consuelo E. Stebbins: “Introducción” al 27 de noviembre de 1871 de Fermín Valdés-Domínguez La Habana, Biblioteca Nacional José Martí, 2005, pp. 9-18.
  • Véase Bibliografía general.

Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] Luis García Pascual señala, además, que el presbítero José Mariano Domínguez, poco antes de morir, ordenó su testamento a fa­vor de Eusebio, Fermín y Mercedes Quintanó, en el cual Martí firmó como testigo. (“Martí y los hermanos Valdés-Domínguez. Aclarando distorsiones”, El Caimán Barbudo, La Habana, enero-febrero de 2007, p. 5).

[2] “[…] Pero el amor entrañable que le tengo, porque desde la niñez amamos juntos la verdad y el dolor, porque aborrecemos con el mismo fuego la arrogancia y la codicia que dividen a los hombres, porque derramamos con la misma pasión la amistad que los calma y congrega, porque en la vida nublada perseguimos la misma estrella doliente y adorable, impone a mis labios el silencio en el instante en que desbordarían de ellos el entusiasmo y la ternura. Nos queremos, como de la misma raíz. Juntos gustamos por primera vez la lealtad de los amigos, que es la almohada cierta; y el amor, que suele irse en cieno o en espuma, o llevamos del brazo por la existencia, como un ángel de luz. Juntos descubrimos en nuestra naturaleza el fuego escondido de la cólera patria, que enseña y ordena, desde el sigilo del corazón, y nos juramos a la única esposa a quien se perdonan la ingratitud y el deshonor. Juntos vimos, en la desnudez de las cárceles, la poquedad que suele afear a los favorecidos de la vida, la grandeza que crece inculta, como con menos obstáculos, en la gente infeliz, y la sublimidad envidiable de la muerte por la redención del hombre y la independencia de la patria. Y juntos, probablemente, moriremos en el combate necesario para la conquista de la libertad, o en la pelea que con los justos y desdichados del mundo se ha de mantener contra los soberbios para asegurarla”. [JM: “Discurso en honor de Fermín Valdés-Domínguez” (Salón Jaeger’s, Nueva York, 24 de febrero de 1894), Patria, Nueva York, 2 de marzo de 1894, no. 101, p. 3; OC, t. 4, p. 325].

[3] El Triunfo, La Habana, 19 y 20 de mayo de 1908; José Martí, La Habana, Ed. Quesada, 1913, vol. XII, pp. 9-89.

[4] “El juicio de la historia es categórico y definitivo, tanto en lo que se refiere al trágico y sangriento episodio, como en lo que atañe a este patriota inmaculado de vida sencilla y vertical, que dotado de constancia y tenacidad, de abnegación y coraje, convirtió una página triste, capaz de amilanar a espíritus enhiestos, capaz de helar la sangre rebelde de un pueblo y su capacidad de lucha y sacrificio, aprisionándola en los fríos rincones del odio y la impotencia, en la fría y terrible oscuridad de la rabia callada, en una página de heroísmo y arrebato, de decisión y voluntad, de unión y de victoria, de luz y alborada”. (Rafael O. Pedraza: “Fermín Valdés Domínguez”, Centenario del fusilamiento de los estudiantes de Medicina, La Habana, Academia de Ciencias de Cuba, Serie histórica no. 24, 1973, p. 9).

[5] JM: Adúltera. Primera versión (Madrid, 1872-Zaragoza, 1874) y Adúltera. Segunda versión incompleta, OCEC, t. 1, pp. 133-203 y 204-239, respectivamente.

[6] Véase el artículo de José Sánchez Guerra: “Fermín Valdés: el delegado de Martí en Baracoa”, Honda, no. 32, La Habana, 2011.

[7] “Es la de Fermín Valdés-Domínguez una vida ejemplar: su amor a la justicia, su sentido del compañerismo, su modestia singular y su hoja de servicios públicos lo acreditan como prototipo del hombre que sin estar dotado de cualidades extraordinarias ni haberse visto espoleado por necesidades materiales, supo cumplir en cada momento el deber que en cada momento las circunstancias demandaron de él. ¡Bella vida la de este héroe civil!” (Fernando Portuondo del Prado: “Preámbulo” al libro El 27 de noviembre de 1871 de Fermín-Valdés Domínguez, 8va ed., reproducción tercera, notas de Luis Felipe LeRoy y Gálvez, Universidad de La Habana, 1969, pp. 2-3).

[8] JM: “Carta a José Dolores Poyo y otros”, [Jacksonville, 27 de mayo de 1894], EJM, t. IV, p. 150.

[9] JM: “Los pinos nuevos”, discurso en conmemoración del 27 de noviembre de 1871, Liceo Cubano, Tampa, 27 de noviembre de 1891, OC, t. 4, p. 286.

[10] JM: “El 27 de noviembre”, Patria, Nueva York, 24 de noviembre de 1894, no. 138, p. 3. (OC, t. 3, p. 403).

[11] JM: “Carta a José Pérez del Castillo”, [Nueva York] 17 de febrero de 1894, EJM, t. IV, p. 50.

[12] “Mi hermano siempre, mi queridísimo Martí, mi única amistad siempre del alma”. (Fermín Valdés-Domínguez: “Carta a José Martí”, [La Habana] 17 de marzo 1887, DJM, p. 184).

[13] A estas 19 cartas se suma otra más, pero de destinatario colectivo, que Martí dirigió a José Dolores Poyo, a Serafín Sánchez y a Fermín Valdés-Domínguez. Está fechada en [Jacksonville, el 27 de mayo de 1894]. Se publicó por primera vez en el Anuario del Centro de Estudios Martianos, La Habana, no. 5, 1982, pp. 22-23; EJM, t. IV, pp. 149-150.