Emilio Núñez Rodríguez (1855-1922)
General y político cubano. Combatió en las tres guerras de independencia de la Isla durante el siglo XIX. Nació en Sagua Grande, en la región de Las Villas, el 27 de diciembre de 1855, en el seno de una familia acomodada. Estudió en el afamado colegio La Empresa, de Matanzas, y en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. Antes de comenzar los estudios universitarios se incorporó en 1875 al Ejército Libertador, y se unió con el grado de soldado a las tropas de Henry Reeve, que habían invadido Las Villas occidentales. Pronto llegó a comandante y fue incorporado al Estado Mayor de Reeve, a quien acompañó hasta su muerte en combate.
Después estuvo a las órdenes de los generales Carlos Roloff, Manuel Calvar y del coronel Ricardo Céspedes. Se mantuvo operando en su zona hasta la firma del Pacto del Zanjón. Descontento con ese resultado, se alzó de nuevo durante la Guerra Chiquita, en 1879, en la que se destacó como hábil guerrillero y firme patriota, ya con el grado de coronel. Fue uno de los últimos en deponer las armas, autorizado por José Martí, quien formaba parte del Comité Revolucionario que desde Nueva York impulsó la contienda.[1]
Marchó a Estados Unidos y se estableció en Filadelfia, donde se dedicó al comercio del tabaco en rama, y pronto se convirtió en el jefe natural de los cubanos residentes en la localidad y en una de las más importantes figuras de la emigración revolucionaria. En 1881 fue apresado al venir a Cuba para negocios familiares; liberado a los pocos meses, volvió a Filadelfia y allí se graduó de dentista. Apoyó al movimiento de 1884 liderado por Máximo Gómez y fue designado por este como el jefe de una de las expediciones que debía marchar a Cuba. Fracasado el proyecto en 1886, quedó residiendo en la misma ciudad, donde se convirtió en uno de los más eficaces colaboradores de Martí al fundar este el Partido Revolucionario Cubano. Tuvo destacada participación en los proyectos militares y en la organización de las expediciones que desembarcarían en Cuba.
Al comenzar la Guerra de Independencia desempeñó la Jefatura del Departamento de Expediciones en la emigración y se le concedió el grado de general. Logró sostener un flujo sistemático de armas y pertrechos hacia los patriotas en armas, a pesar de la vigilancia de las autoridades norteamericanas y de las embarcaciones españolas. Tras el cese de la dominación hispana fue delegado a la Convención Constituyente de 1901, gobernador de la provincia de La Habana, Secretario de Agricultura y presidente del Consejo Nacional de Veteranos de la Independencia. Murió en La Habana, el 5 de mayo de 1922.
En carta al coronel Fernando Figueredo, Martí le comentaba que “por su genio militar y su alma cívica”, quería a Emilio Núñez Rodríguez “como a un hermano”.[2]
[Tomado de OCEC, t. 6, pp. 243-244. (Nota modificada ligeramente por el E. del sitio web)].
Notas:
Véase Abreviaturas y siglas
[1] Véase JM: “Carta a Emilio Núñez Rodríguez”, Nueva York, 13 de octubre [de 1880], OCEC, t. 6, pp. 222-225.
[2] JM: “Carta al coronel Fernando Figueredo”, Nueva York, 9 de febrero de 1892, EJM, t. III, p. 41.