Cristóbal Colón (1451-1506)

Navegante genovés descubridor de América, conocido como el Gran Almirante.

El 20 de enero de 1486, los Reyes Católicos (la reina castellana Isabel i y el monarca aragonés Fernando ii) recibieron por primera vez a Colón en la ciudad castellana de Alcalá de Henares (en la actualidad perteneciente a la Comunidad de Madrid), y a continuación nombraron una junta de expertos para valorar el proyecto colombino. La voz de la ciencia, al igual que en Portugal, le fue contraria.

     A pesar de que muchos no daban crédito a lo que prometía, nunca le faltaron a Colón protectores. Algunos de los más constantes fueron frailes con influencia ante los Reyes como el incondicional, buen astrólogo y entendido en navegación fray Antonio de

     Marchena. Otro religioso influyente, maestro del príncipe don Juan, y siempre favorable a Colón fue fray Diego de Deza. Es posible que el futuro descubridor revelase a ambos sus conocimientos en secreto de confesión. Un tercer religioso, decisivo en 1491 y 1492, fue el fraile de La Rábida Juan Pérez. En la última fase de la negociación, además de eclesiásticos, el genovés contó con el apoyo de algunos cortesanos distinguidos, como fue el caso de Luis de Santángel, Juan Cabrero o Gabriel Sánchez.

     Después de muchas tentativas y para que intercediera favorablemente de nuevo el monasterio de La Rábida, especialmente fray Juan Pérez, los Reyes Católicos, en un acto personal, no científico, decidieron respaldar el plan colombino. El 17 de abril de 1492 se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe o documento-contrato que estipulaba las condiciones en que Cristóbal Colón haría el viaje descubridor. El documento tiene dos partes, un preámbulo sorprendente que dice así: “Vuestras Altezas dan e otorgan a don Cristóbal Colón en alguna satisfacción de la que ha descubierto en las Mares Océanas y del viaje que agora, con el ayuda de Dios ha de fazer por ellas en servicio de Vuestras Altezas, son las que se siguen”. Ese “ha descubierto” es, para los partidarios de la teoría del predescubrimiento, la prueba documental decisiva, ya que Colón se atribuye, antes de 1492, descubrimientos en el océano que ahora transfiere a los Reyes Católicos, en virtud de lo cual estos le corresponden dándole una serie de privilegios, que forman la segunda parte del documento.

     Con este documento capital y otras mercedes, se dirigió a la villa de Palos de la Frontera a preparar la flota descubridora. Tres embarcaciones, Pinta, Niña y Santa María; un presupuesto de unos dos millones de maravedíes; y alrededor de 90 hombres, reclutados con la ayuda inestimable de los hermanos Martin Alonso y Vicente Yáñez Pinzón, formaron la flota descubridora más trascendental de la historia. El 2 de agosto de 1492, Cristóbal Colón mandó embarcar a toda su gente, y al día siguiente, antes de salir el sol, dejaba el puerto de Palos de la Frontera.

     En un hipotético proyecto de libro que sobre Colón le hubiera gustado escribir, José Martí apuntó: “Que Colón fue más personaje casual que de mérito propio, es cosa de prueba fácil, así como que se sirvió a sí más que a los hombres, y antes que en estos pensaba en sí, cuando lo que unge grande al hombre es el desamor de sí por el beneficio ajeno”.[1]

[Pedro Araya: “Notas explicativas”, EUP (1891-1892), p. 1662. (Nota modificada ligeramente por el E. del sitio web)].

Cristóbal Colón

Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] JM: Libros, OC, t. 18, p. 286.