Cerezo. Se trata de una especie de Prunus cerasus, tal vez, estrictamente, P. avium, por ser la variedad más cultivada desde la Grecia antigua, dada la calidad nutritiva y depurativa de sus frutos. Puede alcanzar los 15 m de altura. Además, de ser un árbol frutal y maderable, tiene un arraigado simbolismo en las culturas orientales, en primer lugar, Japón, donde anualmente se celebra el reconocido hanami, las fiestas de la floración del cerezo. No debe confundirse esta planta con el arbolito que en Cuba solemos llamar cereza o mata de cereza, Malpighia punicifolia L., que es cultivado por sus frutos comestibles, ricos en vitaminas C y su bello porte, pues es nativa de las Antillas y norte de América del Sur y no podría prosperar en una latitud tan fría ni alcanzar el tamaño “grande” que Martí refiere en su carta a María Mantilla. En otros lugares se le conoce como acerola o cereza de Jamaica.
(N. del E. del sitio web).