Carlos Roloff Mialowsky (1842-1907)

Mayor general polaco del Ejército Libertador cubano. Cuando era adolescente su familia se trasladó de Polonia a Estados Unidos. Allí participó en las filas sureñas durante la Guerra de Secesión, en la que adquirió sus primeros conocimientos militares. Posteriormente viajó a Cuba, donde trabaja como empleado en los almacenes de azúcar que tenía la firma Bishop, en Caibarién.
En 1869 se unió a las fuerzas villareñas que emprendían la lucha por la independencia. Fue ascendido a mayor general por sus conocimientos militares y nombrado jefe de la escolta de la Junta Villareña. Escoltó a Carlos Manuel de Céspedes en su entrada a Guáimaro, en donde hubo de celebrarse la primera Constituyente. A su regreso a Las Villas asumió el mando total de la región. Participó junto a Máximo Gómez en la invasión a Occidente de 1874. Rechazó el Pacto del Zanjón, y no capituló hasta marzo de 1878.
A mediados de este año llegó a Nueva York, y desde allí cooperó con los empeños para la Guerra Chiquita. Fue elegido tesorero del Comité Revolucionario Cubano. A fines de 1878 pidió ayuda a Mariano Prado, presidente de Perú, para los planes insurreccionales. En 1879 asumió la Secretaría del Comité Revolucionario Cubano. No pudo embarcar para Cuba y participar en la Guerra Chiquita. Ante este fracaso se trasladó a Honduras y allí contrajo matrimonio con una de las hijas del presidente Guardiola; después se trasladó a Cayo Hueso para reintegrarse a los esfuerzos por la libertad de Cuba.
El 24 de julio de 1895 desembarcó en las costas cubanas a bordo del vapor James Woodall, junto a Serafín Sánchez y José María Rodríguez, y de inmediato comenzó sus operaciones en Las Villas. A finales de 1895 fue designado Secretario de la Guerra. Regresó a Estados Unidos en 1896 con el propósito de organizar una expedición que llegó a Cuba en marzo de 1897 para contribuir a la campaña de Oriente, dirigida por Calixto García. En octubre de 1897 participó en los trabajos de la Asamblea Constituyente de La Yaya y fue designado por Máximo Gómez, Inspector General del Ejército Libertador. Durante la República ocupó el cargo de Tesorero General, el cual mantuvo hasta su muerte.
Al “polaco de Cuba […] cubano indomable y fidelísimo”,[1] “que tiene ganada la palma alta sobre su sepultura”,[2] y “es en nuestras cosas y corazones persona principal”,[3] José Martí le dedicó dos bellas crónicas tituladas “Roloff” y “Roloff en Tampa”. [Tomado de OCEC, t. 6, p. 246. (Nota modificada ligeramente por el E. del sitio web)].[4]
Notas:
Véase Abreviaturas y siglas
[1] JM: “Roloff”, Patria, Nueva York, 7 de mayo de 1892, no. 9, p. 2; OC, t. 4, p. 400.
[2] JM: “Un cubano”, Patria, Nueva York, 3 de septiembre de 1892, no. 26, p. 2; OC, t. 4, p. 426.
[3] JM: “El discurso de Roloff”, Patria, Nueva York, 7 de noviembre de 1892, no. 35, p. 1; OC, t. 2, p. 185.
[4] Bibliografía:
- Rolando Álvarez Estévez: “Martí en Roloff” y “Un polaco en el Ejército Libertador”, Granma, La Habana, 17 de mayo de 1974 y 2007.