Alfredo Torroella y Romaguera (1845-1879)

Periodista, poeta y autor teatral cubano. Nació en La Habana el 9 de agosto y murió en Guanabacoa el 21 de enero. Estudió en el colegio San Cristóbal y en la Universidad de La Habana. Se inició en las letras en El Liceo como traductor de francés. Colaboró en Cuba Literaria, Rigoletto, El Correo Habanero, Camafeos, La Revista del Pueblo, Liceo de la Habana y codirigió Ensayos Literarios. Trabajó como gacetillero en La Prensa y en El Siglo. Fue director de La Luz, de Regla. En 1864 publicó sus Poesías y en el mismo año fue estrenado su drama en verso Amor y pobreza, obra a la que siguieron Careta sobre careta (1866) y Laureles de oro (1867). Redactó para La Aurora, el primer periódico obrero de Cuba. Escribió piezas cómicas para el teatro bufo, como El ensayo de Don Juan Tenorio y Un minué, ambas estrenadas en el Teatro de Variedades en 1868. Asistió a las famosas “noches literarias” de Nicolás Azcárate y ayudó a la sección literaria del Liceo de Guanabacoa y al Liceo de Regla.

     Identificado con la causa independentista, emigró a Mérida en 1868, donde publicó en 1869 el semanario El Álbum Meridiano, y fue orador en el sepelio del gobernador de Yucatán y en el acto del 5 de mayo de 1869, junto a los también cubanos Idelfonso Estrada y Zenea y José Quintín Suzarte, para conmemorar el triunfo sobre los franceses. Luego se trasladó a Ciudad de México, donde en 1870 estrenó y publicó su drama social El mulato. Colaboró en El Renacimiento y El Federalista, de México, así como en La América, de Nueva York. Trabajó como vista de aduanas y al mismo tiempo realizó actividades a favor de la causa mambisa. Se casó con la mexicana Sofía Macín, con la que tuvo dos hijos. En Matamoros (Tamaulipas) publicó su periódico literario El Álbum. Con motivo de un ataque cerebral, partió con su familia a Nueva Orleans y de allí a Cuba para morir.

     Su amistad con José Martí se inició en Guanabacoa y continuó en México, por lo que este pronunció un discurso en su sepelio del que solo se conservan fragmentos, y le dedicó otro en la velada que en su honor, el 28 de febrero de 1877, celebró el propio Liceo. Dejó inédita la obra de teatro El cajón de las sorpresas. En una carta a Manuel Mercado, Martí le confesaba a propósito de su amigo cubano: “Tengo por él una de esas amistades intuitivas que reemplazan a las amistades viejas,—y lo veo como si de muy antiguo hubiéramos tenido cariñosas relaciones. Es un gran cuerpo lleno de una gran alma”.[1] Véase el artículo de María del Carmen Muzio: “Alfredo Torroella: el poeta que honró Martí”, publicado en Tribuna de La Habana, el 28 de enero de 1990.

[Tomado de OCEC, t. 4, pp. 425-426. (Nota modificada ligeramente por el E. del sitio web)].


Nota:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] OCEC, t. 5, pp. 232-233.