A pie y descalzo

A pie y descalzo. En 1890, el teniente coronel Ramón Roa Garí publicó su relato testimonial A pie y descalzo. De Trinidad a [Santiago de] Cuba. 1870-71. (Recuerdos de campaña). Martí en su discurso “Con todos, y para el bien de todos” (OC, t. 4, p. 276) hizo un breve comentario acerca de las verdaderas intenciones de este libro, reiterado al día siguiente, de manera muy sutil, en “Los pinos nuevos” (OC, t. 4, p. 285), lo que motivó al comandante Enrique Collazo a dirigirle una carta abierta, iracunda e insultante, a Martí, quien se vio precisado a responderle de manera categórica y viril. Gracias a la mediación oportuna de amigos comunes el extemporáneo incidente se resolvió honorablemente, evitando con ello, que “dos cubanos útiles llegaren a una lamentable conclusión”.[1]

     Véanse, al respecto, de Raúl Roa: Aventuras, venturas y desventuras de un mambí, prólogo de Ambrosio Fornet, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1970, pp. 163-176; de Fina García-Marruz: “[La carta de Collazo]”, El amor como energía revolucionaria en José Martí, Albur, órgano de los estudiantes del ISA, año IV, núm. especial, La Habana, mayo de 1992, pp. 222-227; y de Luis Toledo Sande: “‘A pie, y llegaremos’. Sobre la polémica Martí-(Roa)-Collazo”, Anuario del Centro de Estudios Martianos, La Habana, 1986, no. 9, pp. 141-212. (N. del E. del sitio web).


Nota:

[1] Rafael Serra: “Martí es la Democracia” (1892), Anuario del Centro de Estudios Martianos, La Habana, 1982, no. 5, p. 274.