Central Valley. Localidad en el condado de Orange a dos horas en tren, en aquella época, de la ciudad de Nueva York. En ese apacible lugar se instaló Tomás Estrada Palma y fundó su famoso “colegio de corazones”,^[1] “colegio que cría hombres”.^[2] José Martí solía retirarse a trabajar y a descansar en ese “valle feliz”,^[3] en “pobreza alegre”,^[4] a salvo de “tanta visita, menudencia neoyorquina y tanta nieve”.^[5] También era un sitio frecuentado por la familia Mantilla Miyares.

     El Instituto Estrada Palma de enseñanza primaria y secundaria, que era su nombre oficial, fue fundado en 1885, y admitía a niños y jóvenes de todas las edades y niñas de siete a catorce años. A propósito de él, Martí escribió en Patria: “Ese es el colegio donde se enseña a nuestros hijos la lengua del Norte, sin aprenderla, como en tantos otros colegios, en los vicios de la república más que en sus virtudes. Ese es el colegio donde los que llegan sin hablar inglés salen a los dos años preparados para entrar en las grandes universidades. Ese es el colegio donde adquiere el niño los hábitos útiles del Norte, y el ejercicio del cuerpo en la naturaleza sana y vigilada, sin perder un ápice de las condiciones de su raza y del calor de la familia”.^[6]

     En ese mismo periódico, “órgano del patriotismo virtuoso y fundador”,^[7] Martí volvió a referirse a esta singular experiencia pedagógica de una escuela “con su lago al pie y las siembras alrededor y el monte al respaldo”, donde se les enseña a “las criaturas que vienen, impetuosas y sedientas, del freno de la casa en su tierra nativa a la soltura temible de la tierra extranjera”, “el buen inglés, el honor y la libertad”,^[8] para irlas “levantando, hombre a hombre”.^[9]

(N. del E. del sitio web).