José Antonio Páez (1790-1873)

José Antonio Páez

Militar y político venezolano. Es uno de los héroes principales de la independencia y de los fundadores de la república. De origen muy humilde, se dedicó al comercio en la adolescencia y también trabajó de peón en los Llanos. Al iniciarse la guerra de independencia, fue apresado y condenado a muerte en Barinas, pero fue liberado, y combatió en Mérida, en la retirada de Rafael Urdaneta a Cúcuta en 1814, y en los llanos de Casanare. Se estableció en Apure, donde obtuvo sus primeros triunfos y se convirtió en caudillo de los llaneros.

     En 1816 fue nombrado jefe único de los llaneros en Guasdalito por una Junta de oficiales neogranadinos y venezolanos. Reconoció en 1818 la autoridad de Bolívar, y con sus éxitos en las batallas de Mucuritas y Queseras del Medio transformó los Llanos, antiguo bastión realista bajo las órdenes de José Tomás Boves, en zona adicta a la república. Logró su mayor gloria en 1821, durante la campaña y segunda batalla de Carabobo, de la que fue su héroe principal, y con la que aseguró la independencia venezolana. Allí mismo Bolívar los ascendió a general en jefe. En 1823 tomó Puerto Cabello. Fue nombrado comandante militar de Venezuela y tuvo serias contradicciones con el vicepresidente Santander, encargado de la presidencia de Colombia, mientras Bolívar ejecutaba la liberación de Perú y Bolivia.

     En 1826, no aceptó la orden de comparecer ante el Senado de Bogotá en virtud de las acusaciones a que lo sometía el Intendente de Caracas, pero admitió retomar el mando militar de Valencia cuando se lo pidió la municipalidad de la ciudad, por influencia de Miguel Peña, quien era ya su consejero político; luego reasumió su jefatura en Caracas. No aceptó los razonamientos del edecán de Bolívar, Florencio O’Leary, y solo cejó en su insubordinación ante el gobierno central de Colombia, al entrevistarse con el Libertador y durante la estancia de este por seis meses en Venezuela, en 1827. Apoyó la idea de una monarquía encabezada por Bolívar, que fue rechazada por este.

     En 1830 impulsó la Convención de Valencia, que decidió la separación venezolana de Colombia, y que lo eligió presidente interino, cargo que ocupó nuevamente de 1831 a 1835 por elección constitucional. Mediante una hábil maniobra política conciliadora, logró hacer frente sin mayores costos a varias sediciones, como la de los hermanos Monagas en el Oriente, para ello se apoyó especialmente en la oligarquía conservadora. En enero de 1839 fue electo presidente de nuevo hasta 1842. En 1848 se sublevó contra el gobierno de José Tadeo Monagas por lo que fue desterrado a Estados Unidos. Regresó en 1858 y fue ministro de la Guerra en 1860, bajo la presidencia de Tovar. Al año siguiente dio un golpe de Estado y asumió la dictadura en medio de la cruenta Guerra Federal entre liberales y conservadores, a la que renunció en 1863. Partió al extranjero y residió en Nueva York, Brasil, Uruguay y Argentina. Murió en Nueva York.

     José Martí lo enalteció como “el intrépido centauro, hombre […] del corazón ancho [y] de las miradas centelleantes”;[1] lo consideró siempre “más grande que [sus] errores políticos”[2] y “el más épico y original de los héroes americanos”[3] que, “a no ser por los vecinos del Norte, en Cuba habría rematado […] su cabalgata de libertador”.[4] Durante la repatriación de sus restos a Venezuela, Martí le dedicó una larga crónica, publicada en El Partido Liberal, de México, y en La Nación, de Buenos Aires, el 26 de abril y el 13 de mayo de 1888, titulada “Páez” y “Un héroe americano”, respectivamente, para ensalzar la gloria del “llanero épico”, “que sin más escuela que sus llanos, ni más disciplina que su voluntad, ni más estrategia que su genio, ni más ejército que sus hordas, ni más semejante que Bolívar, sacó a Venezuela del dominio español, con tanta furia en la guerra como magnanimidad en la victoria, en una carrera de caballo que duró dieciséis años”.[5]

     Véanse los estudios de David Leyva González: “La imagen literaria martiana en la formación del retrato de José Antonio Páez” y de Rodolfo Zamora Rielo: “Martí, Páez y los procesos emancipadores de América Latina”, Anuario del Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2008, no. 31, pp. 41-51 y 57-63, respectivamente.

[Tomado de José Martí: Obras completas. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2003, t. 8, pp. 167-168. (Nota modificada ligeramente por el E. del sitio web)].


Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] JM: “Un viaje a Venezuela” (traducción), [Nueva York, agosto de 1881-febrero de 1882], OCEC, t. 13, p. 140.

[2] JM: “Páez y un cubano”, Patria, Nueva York, 14 de julio de 1894, no. 120, p. 3; OC, t. 8, p. 253.

[3] JM: “Un poema cubano. Los arabescos de Eduino por José Antonio Calcaño”, Patria, Nueva York, 12 agosto de 1893, no. 74, p. 1; OC, t. 7, p. 257. Tres semanas antes se ha referido a Páez en los mismos términos: “el más pujante y original acaso de los héroes de la independencia de América” (JM: “Juan J. Peoli”, Patria, 22 de julio de 1893, no. 71, p. 2; OC, t. 5, p. 281).

[4] “Páez y un cubano”, ob. cit., p. 3; OC, t. 8, p. 253.

[5] JM: “Un héroe americano”, La Nación, Buenos Aires, 13 de mayo de 1888, OCEC, t. 28, pp. 124 y 123, respectivamente.