Julia Pérez Montes de Oca (1839-1875)

Julia Pérez Montes de Oca

Poetisa cubana, hermana de Luisa Pérez de Zambrana. El contacto con la naturaleza determinó el carácter de su poesía, casi toda de inspiración bucólica. Al contraer matrimonio su hermana Luisa con Ramón Zambrana, Julia se trasladó con ellos a la capital de la Isla, donde publicó poemas en El Kaleidoscopio, Álbum Cubano de lo Bueno y de lo Bello y El Siglo. Frecuentó las tertulias de Nicolás Azcárate y participó en representaciones teatrales. Algunas de sus composiciones constituyen finos logros de la poesía romántica cubana.[1] Publicó Poesías (1887), y sus versos fueron recogidos en “Poesías de Julia Pérez y Montes de Oca” y en Los Zambrana, de Malleén Zambrana (La Habana, t. XIV, 1958).

(Tomado de OCEC, t. 3, pp. 304-305).


Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] “La mayor seguridad literaria de los versos de Julia, su metaforismo de evidente raíz clásica, el aplomo y la cadencia tradicional de su ritmo, no opacan, antes bien realzan y fortalecen el invasor encanto de sus contemplaciones y alabanzas, que constituyen, en los pocos poemas que escribió, uno de los momentos más altos de la poesía femenina de nuestro siglo pasado. Airosa artesana, lúcida y llena de nostálgica elocuencia, hubiera sido, por la riqueza de su entonación, la finura de su mirada y las irradiaciones de su sentimiento, la mejor poetisa letrada de su tiempo. Y decimos letrada, no por disminuirla, sino para acentuar la diferencia con su hermana , que siempre hubiera conservado la sencilla corona natural, inmarchitable. Pero Julia no pudo desarrollar sus dones; lo cual, sin embargo, no justifica el lugar oscuro que suele dársele, […] ni desde luego su ausencia de las antologías, cuando cualquiera de las composiciones mencionadas es gala suficiente para colocar su nombre en la primera línea de la expresión cubana de su época”. (Cintio Vitier: “Julia Pérez Montes de Oca”, Lo cubano en la poesía (1958), en Lo cubano en la poesía. Edición definitiva, prólogo de Abel E. Prieto, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1998, p. 166).