[EL DIARIO DE LA MARINA TIENE DESGRACIA]
El Diario de la Marina tiene desgracia.[1]
Lo que él aconseja por bueno es justamente lo que todos tenemos por más malo. Y esto lo prueba El Fosforito.
Lo que él vitupera por malo, es justamente lo que todos tenemos por bueno.
Y esto lo apruebo yo.
Quería censor: no hay censor.
Dijo que la libertad de imprenta traía muchos males.
Para él sí; para los demás no: porque gana el que escribe, puesto que puede escribir; gana el que imprime, puesto que no hay censura que le arrebate el trabajo, y gana el que lee, porque se nutre de las cosas buenas, y aprende a despreciar las malas. ¡Pobre Diario!
El Diablo Cojuelo, La Habana, 19 de enero de 1869.
Notas:
Véase Abreviaturas y siglas
[1] Este suelto sobre el Diario de la Marina se ha atribuido tradicionalmente a Martí. La semejanza entre su tono y el del artículo de fondo de El Diablo Cojuelo, escritos ambos en primera persona del singular, así como el predominio de la intención analítica sobre la sátira o la chanza, parecen confirmar tal atribución.

