HASCHISCH

...continuación

     Si el alma de una mora, al hierro impío
Del tiránico afán encadenada,
Viniera a calentar el pecho mío,
Y dejara en mi boca fatigada
Un beso como el fuego del estío,
Largo como el dolor de esta jornada,—

     Yo no sé qué dulcísima ternura
Este árido cerebro llenaría;
Yo no sé qué colores esta oscura
Virgen de mi alma casta vestiría;
Qué luz como esta luz—¡oh, qué ventura
De una mora el amor gozar un día!

Chimenea encendida
Al frío corporal vuelve la vida:
¡También de un beso al fuego,
El muerto de vivir, renace luego!

     Nadie sabe el secreto misterioso
De un beso de mujer: yo lo he sabido
En un arrobamiento luminoso
Extra-tierra, extra-humano, extra-vivido.

 

Cuando todo lo férvido dormita,
Cuando todo lo imbécil gigantea,
Cuando la languidez solo se agita
Y por nuestra alma mísera pasea,—
Hay algo más hermoso que una noche
De enero de mi patria en las llanuras;—
Más dulce que un dulcísimo reproche
Lleno de confusión y de locuras,
Con que un trémulo labio
Culpa y perdona su amoroso agravio;—
Hay algo como en sueños
Nos pareció escuchar, algo que ha sido
Verdad, aunque fue sueño, porque deja
Partida la verdad, cierto el sonido,—
Un rayo que refleja
Muy suave claridad,—una dulzura
Que todos nuestros átomos orea,
Y una especie de aroma de ternura
Que sobre nuestros labios titubea!—

Un beso de mujer!—Pues ¿cómo ha sido?
Todo lo venturoso ha renacido,
La redención espléndida amanece,
Esénciase el cadáver, y en el punto
Hermano siglo y siglo de un difunto,
O me engaño—¡oh ventura!—o me parece
Que do el difunto fue, la yerba crece!—
Un beso de mujer!—Yo lo he sabido
En un muy dulce instante extra-vivido.—

El árabe, si llora,
Al fantástico haschisch consuelo implora,
El haschisch es la planta misteriosa,
Fantástica poetisa de la tierra:
Sabe las sombras de una noche hermosa
Y canta y pinta cuanto en ella encierra.—

El ido trovador toma su lira:
El árabe indolente haschisch aspira.

Y el árabe hace bien, porque esta planta
Se aspira, aroma, narcotiza, y canta.

Y el moro está dormido,
Y el haschisch va cantando,
Y el sueño va dejando,
Armonías celestes en su oído.

Muchos cielos ha el árabe, y en todos,
En todos hay amor,—pues sin amores,
¿Qué azul diafanidad tuviera un cielo?
¿Qué espléndido color las tristes flores?

Y el buen haschisch lo sabe,
Y no entona jamás cántico grave.

Fiesta hace en el cerebro,
Despierta en él imágenes galanas;
Él pinta de un arroyo el blando quiebra,
Él conoce el cantar de las mañanas,
Y esta arábiga planta trovadora
No gime, no entristece, nunca llora:
Sabe el misterio del azul del cielo,
Sabe el murmullo del inquieto río,
Sabe estrellas y luz, sabe consuelo,
Sabe la eternidad, corazón mío!

El árabe es un sabio:
Cobra a la tierra el terrenal agravio.

Y en tanto,—el encendido
Vigor de este mi espíritu potente,
Me quema en mí y esclavo y oprimido
Tormenta rompe en la rebelde frente:—[2]

Y en tanto—de mi espíritu el deseo
De aquello lo invisible se enamora,
Y se abrasa en mí mismo, y me devora
Buitre a la vez que altivo Prometeo!—[3]

Amor de mujer árabe! despierta
Esta mi cárcel miserable muerta:
Tu frente por sobre mi frente loca:
¡Oh beso de mujer, llama a mi puerta!
¡Haschisch de mi dolor, ven a mi boca!

J.M.

México.—Marzo

Revista Universal, México, 1ro de junio de 1875.

[Mf. en CEM]

Tomado de José Martí: “Haschisch”, Versos en periódicos y otras publicaciones, Obras completas. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2000-2024, tt. 1-32 (obra en curso), t. 15, pp. 94-99.

     Otro texto relacionado:

  • JM: “[13]”, [Polvo de alas de una gran mariposa], OCEC, t. 15, p. 33.

Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[2] Esta estrofa está contenida en el poema [“Dolor! Dolor eterna vida mía”], que aparece en el t. 16, p. 19 de OCEC.

[3] Este verso aparece antes en el poema “[Dolor! dolor! eterna vida mía]”, que forma parte de su “Cuaderno de apuntes no. 1”. Véase Poemas en Cuadernos de apuntes, OCEC, t. 16, p. 19. (N. del E. del sitio web).