Miguel Antonio Montejo Mercier (1839-1937)

Patriota y comerciante cubano. Nació en Camagüey, el 7 de septiembre de 1839. Propietario de un importante almacén en La Habana, introducía armas para los insurrectos ocultas entre la mercancía que recibía de distintas casas comerciales de Filadelfia, pero al ser descubiertos y detenidos por las autoridades coloniales sus compañeros de lucha Francisco León y Agustín Medina —fueron fusilados el 9 de abril de 1869—, escapó a los Estados Unidos y se radicó en Filadelfia. En esa ciudad presidió la Auxiliadora de Cuba para ayudar a los que peleaban por la libertad de su país, hasta la firma de la Paz del Zanjón. En la Guerra Chiquita hizo importantes contribuciones y se ganó la amistad de los generales Calixto García y Carlos Roloff.

     La breve, pero cordial carta de invitación a Montejo Mercier, para que participara en la velada en honor del poeta Francisco Chacón, demuestra de manera fehaciente el afecto y consideración que José Martí le tributaba.

     Al comienzo de la última guerra se trasladó para Tampa, donde cooperó activamente en el envío de expediciones a la Isla. Finalizada la Guerra de Independencia, regresó a La Habana y al observar la desolación en que se encontraba el país, adquirió 600 vacas Jersey, aperos de labranza y semillas que distribuyó entre distintas familias campesinas, que reintegrarían su importe cuando pudiesen, gesto que hizo exclamar al general Máximo Gómez: “¡Qué falta hacía un Montejo en cada provincia!”

     Falleció en La Habana, el 19 de marzo de 1937. Se le concedió, post mortem, el grado de Comandante del Ejército Libertador de Cuba.

(Tomado de Luis García Pascual: Entorno martiano, La Habana, Ediciones Abril, 2003, pp. 177-178. (Nota modificada ligeramente por el E. del sitio web)].