POLLICE VERSO [C][1]

Sí, yo también, desnuda la cabeza
De tocado y cabellos, y al tobillo
Una cadena lurda, heme arrastrado
Entre un montón de sierpes, que revueltas
Sobre sus vicios negros, parecían
Esos gusanos de pesado vientre
Y ojos viscosos que en hedionda cuba
De pardo lodo lentos se revuelcan!
Y yo pasé, sereno entre los viles
Cual si en mis manos, como en ruego juntas,
Sus anchas alas púdicas abriese
Una paloma blanca. Y aún me aterra
De ver con el recuerdo lo que he visto
Una vez con mis ojos. Y espantado
Póngome en pie, cual a emprender la fuga.
¡Recuerdos hay que queman la memoria!
¡Zarzal es la memoria: mas la mía
Es un cesto de llamas! A su lumbre,
El porvenir de mi nación preveo.
Y lloro. Hay leyes en la mente, leyes
Cual las del río, el mar, la piedra, el astro,
Ásperas y fatales: ese almendro
Que con su rama oscura en flor sombrea
Mi balconzuelo, viene de semilla
De almendro: y ese rico globo de oro
De dulce y perfumoso jugo lleno
Que en blanca fuente una niñuela cara,
Flor del destierro, cándida me brinda,
Naranja es, y vino de un naranjo:
Y el suelo triste en q. se siembran lágrimas
Dará árbol de lágrimas. La culpa
Es madre del castigo. Y se derrama
La sangre que se vierte. No es la vida
Una copa de ajenjo que se torna
En hiel para los míseros, y en férvido
Tokay[2] para el feliz: la vida es grave,
Porción del Universo; frase unida
A frase colosal, sierva ligada
A un carro de oro que a los ojos mismos
De los que arrastra en rápida carrera

Ocúltase en el áureo polvo: sierva
Con invisibles riendas
A la incansable Eternidad atada!
Circo la tierra es, como el Romano;
Y junto a cada cuna una invisible
Panoplia al hombre aguarda, donde lucen,
Cual daga cruel que hiere al que la blande
Los vicios, y cual límpidos escudos
Las virtudes; la vida es la ancha arena,
Y los hombres, esclavos gladiadores;
Pero el pueblo y el rey—callados miran
En grada excelsa, en la desierta sombra!—
Pero miran! Y a aquel q. en la contienda
Bajó el escudo, o lo dejó de lado,
O suplicó cobarde, o abrió el pecho
Laxo y servil a la enconosa daga
Del enemigo, las vestales rudas
Desde el sitial de la implacable piedra
Condenan a morir, pollice verso
Y hasta el pomo ruin la daga hundida
Al flojo gladiador clava en la arena.
Alza, ¡oh pueblo! el escudo, q. esta vida
Es cosa grave y cada acción es culpa
Que como aro servil se lleva luego
Cerrado al cuello,—o premio generoso
Que del futuro mal próvido libra!
¿Veis los esclavos? Como cuerpos muertos
Atados en racimo, a vuestra espalda
Irán vida tras vida, y con las frentes
Pálidas y angustiadas, la sombría
Carga en vano halaréis, hasta q. el viento,
De vuestra pena bárbara apiadado,
Los átomos postreros evapore!
¡Oh, qué visión tremenda! ¡oh, qué terrible
Procesión de culpables! Como en llano
Negro los miro, torvos, anhelosos,
Sin fruta el arbolar, secos los píos
Bejucos, por comarca funeraria
Donde ni el sol da luz, ni el árbol sombra.
Y bogan en silencio, como en magno
Occeano[3] sin agua; y a la frente
Llevan, cual yugo el buey, la cuerda uncida,
Y a la zaga, listado el cuerpo flaco
De hondos azotes, el montón de siervos!
¿Veis las carrozas, las ropillas blancas
Risueñas y ligeras, el luciente
Corcel de crin trenzada y riendas ricas,

Y la albarda, de plata suntuosa
Prendida, y el menudo zapatillo,
Cárcel a un tiempo de los pies y el alma!
Pues ved, que los extraños os desdeñan
Como a raza ruin, menguada y floja![4]

                                                                      [José Martí]

[Ms. en CEM]

Tomado de José Martí: “Pollice verso [C]”, Versos libres, Obras completas. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2007, t. 14, pp. 98-100.


Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] Frase en latín que significa: “Con el pulgar hacia abajo”. Este manuscrito aparece en dos hojas de papel legal, escritas con tinta morada por las dos caras, la última de las cuales contiene apuntes ininteligibles a lápiz y en francés. Su caligrafía es la más esmerada y en general parece copia, con ligeras diferencias, de la versión [B].

[2] En el manuscrito: “Tockay”.

[3] En los escritos martianos, la palabra océano suele aparecer escrita: “occeano”, aunque el Diccionario de Autoridades había establecido ya, en el siglo XVIII, como única forma correcta océano.

[4] A continuación, rasgos ininteligibles escritos apaisadamente con lápiz.