AL GENERAL ANTONIO MACEO

La Jatía, 12 de mayo de 1895

C. mayor general Antonio Maceo
General y amigo:

No puedo ver salir correo para sus tierras sin decirle cómo ansío saber nuevas de Vds., y de aquel denodado campamento,[1] con el que de seguro habrá Vd. espantado a Santiago, barrido los alrededores, y cerrado todas las vías del enemigo.—Vd. allá, con su ojo de conjunto, habrá hecho lo que por acá está aún por hacer, como que por el territorio desocupado se anda esparciendo, y eligiendo posiciones el enemigo, y ha podido entrar en Bayamo un rico convoy sin obstáculo alguno aunque no lo custodiaban más que soldados cansados.—Tengo mi pena, y es creer que aún no está bien encendido el espíritu que la pujanza de Vd. infundirá en todas partes de un solo paseo.—¿De qué heridos numerosos nos hablan por aquí? ¿De alguna acción brillante de Vd., el día en que lo vi rodeado de aquellas filas que juzgo invencibles? Eso es lo que me preocupa: que entre pronto la guerra en un plan general,—que ofenda, y ocupe el país, antes que el enemigo aún insuficiente, perezoso y aturdido,—que nos pongamos pronto en marcha para el revuelo final, que,—si no dejamos condensarse al enemigo—puede ser cercano. Vea eso en mí, y no más: un peleador: de mí, todo lo que ayude a fortalecer y ganar la pelea.—

     A Masó no lo hallamos por aquí, y hemos de esperarlo.—Mientras, escribiré largo al generoso José, que ya no se nos saldrá del corazón agradecido,—y a la ferviente y viril juventud de Santiago.[2] Escríbanos en detalle todos sus hechos.

     El General está ahogado de catarro, y fía en que yo le escriba por los dos. A él también le preocupa la poquedad de las operaciones, la continua proveeduría de reses a las ciudades, y la desocupación de la mucha gente buena que ansía más guerra de la que hay. Súbase en los estribos, y haga arder los hombres a su voz.—Se va el correo, y con él un abrazo, y gracias por los sucesos que le adivino en estos días, de su amigo

José Martí

 [OC, t. 4, pp. 164-165. Cotejada con una fotocopia del manuscrito original].

Tomado de José Martí: Epistolario, compilación, ordenación cronológica y notas de Luis García Pascual y Enrique H. Moreno Plá; prólogo de Juan Marinello, La Habana, Centro de Estudios Martianos y Editorial de Ciencias Sociales, 1993, t. V, pp. 238-239.


Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] En Hondón de Majaguabo, territorio santiaguero que hoy pertenece al municipio de San Luis, tenía el general Antonio Maceo su campamento habitual. Allí tuvo lugar el 6 de mayo de 1895, a la sombra de unos frondosos tamarindos, después de la ríspida entrevista de La Mejorana, un cordial encuentro entre Martí, Gómez y Maceo, que no perdieron ocasión de dirigirse a la tropa. El periodista santiaguero Mariano Corona Ferrer, allí presente, escribió diciendo que “se le oía como oyeron los hebreos las máximas de Cristo con la adoración bíblica”. Tres días después, en carta a Carmen Miyares, Martí refiere el suceso: “Vamos a Masó, venimos de Maceo. ¡Qué entusiasta revista la de los 3 000 hombres de a pie y a caballo que tenía a las puertas de Santiago de Cuba! ¡Qué erguido en su hermoso caballo el valiente Rabí! ¡Qué lleno de triunfos y de esperanza Antonio Maceo!” [EJM, t. V, pp. 233-234. (N. del E. del sitio web)].

[2] Se desconoce el destino de estas cartas, si es que Martí llegó a escribirlas. (N. del E. del sitio web).