Felipe Poey Aloy (1799-1891)

Ictiólogo, naturalista y científico cubano. Nació en La Habana, 26 de mayo del año 1799. Sus padres, Juan Andrés Poey y Lacase, de origen francés y María del Rosario Aloy y Rivera, natural de la capital cubana. Alumno de Félix Varela en el Real Seminario de San Carlos, se graduó de Bachiller en Derecho (1820) y se recibió de abogado en Madrid. En 1826 viajó a París, trabajó en el laboratorio de Cuvier y comenzó a publicar su Centuria de lepidópteros de la Isla de Cuba, siendo el más joven fundador de la Sociedad Entomológica de Francia (1832).

     Integró membresía de numerosas sociedades científicas de su época, entre ellas, la Sociedad Zoológica de Londres, la Sociedad de Amigos de la Historia Natural de Berlín, Socio de Honor de la Real Academia de Ciencia, del Museo y de la Sociedad de Historia Natural de Madrid; fundador del Museo de Historia Natural de La Habana (1839), de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana (1861), de la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba (1877) de la cual fue presidente hasta 1878; y Socio de Mérito de la Sociedad Económica de Amigos del País.

     Colaboró con la Academia de Ciencias Naturales del Instituto Smithsoniano, el Museo Nacional de Estados Unidos, el Liceo de Historia Natural de Nueva York, el Museo de Zoología Comparada de la Universidad de Harvard y el Museo Británico. Ocupó la cátedra de Zoología y Anatomía Comparada en la Universidad de La Habana (1842); fue Decano de la Facultad de Ciencias y fundó su biblioteca de Ictiología y de Ciencias Naturales.

     Escribió para publicaciones nacionales y extranjeras. Entre sus libros se cuentan Compendio de geografía de la Isla de Cuba (1839), que vio múltiples ediciones; Memorias sobre la historia natural de la Isla de Cuba (1851 y 1856-1858), en dos volúmenes; Curso elemental de mineralogía (1872); y su obra monumental Ictiología cubana,[1] que resultó premiada con Medalla de Oro y Diploma de Honor en la Exposición Colonial de Amsterdam en 1883 y continuó trabajando en ella por más de cincuenta años, no obstante, no fue publicada si no parcialmente, hasta 1955 y 1962, y completa en tres tomos, dos de texto y un Atlas en 2000, con motivo del bicentenario del natalicio del autor. José Martí calificó a Ictiología cubana de “libro monumental […], obra mayor de análisis y paciencia, que ha requerido para llevarse a cabo todo el vigor de clasificación de un severo filósofo, y toda la bondad que atesora el alma de un sabio”.[2]

     Tradujo Historia de los imperios de Asiria, publicada en La Habana en 1847; y, con Rafael Navarro, las Nociones elementales de Historia Natural (1844 y 1862), de G. Delafosse.

     Como poeta fue calificado por Cintio Vitier como “horaciano y virgiliano en sus suaves letras”, donde “persisten el marco bucólico y el tono pastoril, idílico, pero ya impregnándose de impresiones más reales, más frescas e inmediatas, y de cierta emoción genuina de nuestras perspectivas agrestes”.[3]

     Falleció en La Habana el 28 de enero de 1891, a consecuencia de una congestión cerebral. Sus restos mortales hoy descansan al pie de la escalera que conduce al Museo de Antropología “Luis Montané”, en el edificio que actualmente alberga a la Facultad de Matemática-Cibernética. Hacia el centro del patio interior que conforma esta construcción, muy cerca del Museo de Zoología que lleva el nombre de Poey, por haber sido él su fundador, fue colocado su busto el 4 de julio de 1903.[4] 

[Tomado de OCEC, t. 18, p. 259. (Nota modificada por el E. del sitio web)].

     Otros textos relacionados:

  • Cintio Vitier: Lo cubano en la poesía(1958), en Lo cubano en la poesía. Edición definitiva, prólogo de Abel E. Prieto, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1998, pp. 54-56.
  • Oscar Hurtado: “Felipe Poey y su época”, Lunes de Revolución, La Habana, 28 de noviembre de 1960, no. 84, pp. 26-27.
  • Rosa María González: “Felipe Poey y Aloy: el naturalista por excelencia”, enFelipe Poey y Aloy: Obras, ensayo introductorio, compilación y notas de Rosa María González López, La Habana, Ediciones Imagen Contemporánea, 1999, pp. 1-28.
  • Salvador Bueno: “Felipe Poey”, Figuras cubanas del siglo XIX, La Habana, Ediciones Unión, 1980, pp. 281-288.
  • Francisco Calcagno: Diccionario biográfico cubano, New York, Imprenta y Librería de N. Ponce de León, 1878, p. 512.
  • Mary Cruz: El ingenioso naturalista don Felipe de La Habana, Editorial Gente Nueva, La Habana, 1979.
  • Manuel de la Cruz: “Álvaro Reinoso y Felipe Poey” (La Nación, Buenos Aires, 5 de junio de 1891), Sobre literatura cubana, selección y prólogo de Ana Cairo, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1981, pp. 206-218.
  • Francisco González del Valle: “Las ideas filosóficas y religiosas de Felipe Poey”, Social, La Habana, julio de 1926, no. 7, pp. 30-65.
  • Luis Felipe Le Roy: “En el sexagésimo tercer aniversario de la muerte de Felipe Poey”, Vida Universitaria, La Habana, abril de 1954, año V, no. 45, pp. 3-4.
  • José López Sánchez: “Aniversario de Felipe Poey”, Revista Médica Cubana, La Habana, abril de 1960, no. 4, t. LXXI, pp. 171-176.
  • Carlos de la Torre: “Don Felipe Poey”, Figuras cubanas de la investigación científica, La Habana, Publicaciones del Ateneo de La Habana, 1942, t. II, pp. 313-345.

Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] “Su famosa y olvidada Ictiología cubana es a las Ciencias Naturales cubana lo que la Historia de la esclavitud de [José Antonio] Saco es a nuestras Ciencias Sociales, monumentos fundadores de las ciencias y conciencia cubanas, fundamentos racionales de la idea cubana. // A Poey le debemos el haberle enseñado a los niños y jóvenes cubanos, por más de un siglo, qué era y cómo era su espacio geográfico y el lugar que este ocupaba en la constelación cultural de nuestro mundo. El naturalista cubano es el autor de la primera Geografía de Cuba que tuvo, nada menos y nada más que ¡diecinueve ediciones! y por la cual estudiaron generaciones de cubanos hasta ya muy entrado el siglo XX. Pero Poey hizo más. Escribió una Geografía universal, que, según su hijo Andrés, tuvo como objetivo romper el eurocentrismo que caracterizaba a las geografías hechas en el Viejo Mundo; ofrecer una geografía universal equilibrada”. (Eduardo Torres-Cuevas: “El legado común de Félix Varela y de José Martí”, Anuario del Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2008, no. 31, pp. 213-214).

[2] JM: “El libro de un cubano”, La América, Nueva York, marzo de 1883, OCEC, t. 18, p. 29.

[3] Cintio Vitier: Lo cubano en la poesía (1958), en Lo cubano en la poesía. Edición definitiva, prólogo de Abel E. Prieto, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1998, p. 54.

[4] Rosa María González: “Felipe Poey y Aloy: el naturalista por excelencia”, en Felipe Poey y Aloy: Obras, ensayo introductorio, compilación y notas de Rosa María González López, La Habana, Ediciones Imagen Contemporánea, 1999, p. 18.